Por:
César I. Falla Figueroa*
Después del Sudamericano de 1993, no había
presenciado tamaña alegría; ese día en que nos coronamos campeones ante la
siempre poderosa Brasil, para mi generación fue un momento del cual tenemos el
recuerdo muy presente, no tan preciso como aquel Subcampeonato conseguido en
las Olimpiadas de Seúl ´88, del cual solo llega a mi memoria; el episodio
cuando en casa nos levantamos de madrugada para ver aquella final con la Unión
Soviética, la rigurosidad de su técnico llamado Mambo Park y la voz distintiva
del reconocido periodista deportivo, Miguel Portanova; hechos que hoy
pertenecen a la historia de oro del vóley nacional.
Lo presenciado en el Mundial Juvenil de Vóley
en Tailandia, fue un hecho trascendental para nuestro seleccionado y para la vida
de cada uno de los peruanos, digo esto porque nos devolvió la esperanza y nos
regaló una fantástica ilusión. Ver nuevamente a Perú, en un acontecimiento de
esta dimensión es una de las maravillosas experiencias que me ha tocado vivir
como peruano.
Los triunfos ante México y las poderosas
escuadras de Italia, China Taipe, Eslovenia y Serbia; demuestran que este equipo
está en el camino correcto y que estamos para desafíos mucho más grandes.
Dependerá solo de las chicas, que tan
alto quieran llegar y que calidad de profesionales de este deporte, quieran
ser.
Este torneo, ha permitido consolidar valores
muy importantes para próximos campeonatos que nos dice que la esperanza se
mantiene viva y la confianza a nuestras “matadocitas”, debe ser mayor. Ahí
tenemos, a Angela Leyva, Luciana del Valle, Maguilaura Frías, Cristina Cuba,
Ginna López; entre otras, que nos hacen sentirnos orgullosos por el trabajo que
se viene haciendo en estas categorías y que han destacado a lo largo de esta
campaña mundialista.
Mi homenaje, a la Sra. Natalia Málaga Dibós,
por esa identificación, capacidad, entrega y mucha voluntad; demostrada en esta
importante competición y que fue transmitida a cada una de sus dirigidas. Su
palabra fuerte, coraje, vehemencia y su mentalidad ganadora; ha servido de vehículo
para poder expresar su mensaje motivador y/o de reacción a sus discípulas; quienes
la considera como sus propias hijas. Sabemos de la unión y complicidad que
existe entre nuestras seleccionadas y su entrenadora y esa es precisamente, una
de las causas del éxito alcanzado.
Gaby Pérez del Solar, Rosa García, Cecilia
Tait, Denis Fajardo, Gina Torrealva, Cenaida Uribe, y la propia Natalia Málaga,
figuras legendarias de este deporte; pueden estar tranquilas de lo que nos
espera en un futuro próximo, solo queda hacer con este equipo una labor seria
en todos los aspectos y los frutos vendrán, en un tiempo no muy lejano.
Es preciso subrayar el total respaldo y gran
hinchaje, de los padres de nuestras muchachas. Ellos se constituyeron, como
pudimos apreciar ante las cámaras de televisión en el principal apoyo a la
distancia y así como lo fue en el mismísimo estadio tailandés, a nuestras
jóvenes mundialistas. Sin ellos, tal vez la tarea hubiera sido más complicada,
de lo que ya ha podido significar.
Espero que este campeonato, haya servido de
experiencia y máxima tribuna para nuestra representación nacional, sería ideal
que varias de estas jóvenes, en un mediano plazo, vayan al exterior; para que
adquieran más roce internacional y logren un nivel de competencia mayor.
Con lo apreciado en este Mundial, en donde
hemos presenciado un festival de arrojo, esfuerzo, entrega y amor por nuestros
colores, solo quedado decirles a nuestras compatriotas; muchas gracias por todo
lo dejado en el terreno de juego. Gracias, por poner al Perú entre los cuatro
mejores del mundo, gracias por darnos la satisfacción de gritar sus mates en un
certamen de enorme envergadura, gracias por resurgir de manera irrefutable a nuestro
vóley; uno de los deportes más queridos y que ha llenado de gloria a nuestro
país.
Confieso que luego del partido con Serbia,
lloré de alegría, tal vez porque me toco una época de mi vida, no tan
acostumbrada a triunfos deportivos. Hace mucho que no pasábamos por tremendas
emociones y más aún en una lid de esta naturaleza. Fue un lindo momento que nos
regalaron las chicas y que jamás olvidaremos.
Los reconocimientos otorgados por el
Presidente de la República, Ollanta Humala en el propio Palacio de Gobierno y
por el Presidente del Congreso, Fredy Otárola, no son suficientes para el vóley
peruano. Este deporte necesita de un mayor y decidido apoyo; nuestras jóvenes
se lo merecen. Necesitamos potencializar esta disciplina; con planificación, un
aceptable presupuesto y mucho trabajo; solo así se pueden obtener mejores
resultados, que los ya obtenidos
*Licenciado
en Ciencias de la Comunicación
www.cesarfalla.com
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