Lic. César I. Falla Figueroa*
Hace unas semanas se celebró
el Día Internacional de la Radio, precisamente han transcurrido ya 13 años que por
cosas del destino ingresé a una cabina de radio, el momento fue inolvidable. La
Radio fue “Santa Victoria” recuerdo que lo primero que llamó poderosamente mí
atención fue la mesa de conducción, luego los dos micrófonos que estaban
conectados y la simpática luna que separaba al risueño operador técnico (muchas
veces sarcásticamente llamado Ingeniero de Sonido) con la propia cabina de
radio.
Desde que comencé mi
relación con este hermoso medio, lo sentí como un espacio sagrado al que
merecía mí total respeto, en el que de él solo podían emitirse cosas buenas y
en el que solamente debía ser conducido por gente notable, preparada y
consciente del lugar que está pisando. Aunque lo que se apreciaba en la
realidad, estaba muy lejos del concepto que tenía en relación al medio por
excelencia más cercano a la gente.
De niño (década de los ’80)
crecí con Radio Panamericana, aun cuando transmitía Rock en Inglés y en
Español, la seguí cuando migró al género Salsa y en donde disfrute una de las
épocas doradas de aquella música. Posteriormente ya en mí adolescencia inquieta
y enamorada (muy a mí manera) me convertí en un fanático de seguidor de Radio A
(la radio del Amor, ya desaparecida del éter).
Mí primera juventud fue
acompañada por Studio 92 (con un estilo desenfadado que me enamoro) la gran CPN
Radio (que ya no está entre nosotros) y Radio Programas del Perú, estas dos
últimas radioemisoras que se convirtieron en toda una escuela para hacer radio
y por tanto en una escucha obligada para todo estudiante de periodismo y
comunicación. Ya en estos dos últimos años mí nuevo amor radial es Oxígeno, con
cuya propuesta me identifico y la paso de lo mejor en varios momentos del día,
no dejando de escuchar RPP; que me hace recordar siempre que una de las
principales funciones de dicho medio es informar.
Sí me preguntaran como veo a
la radio en la actualidad en comparación de hace más de diez años, tiempo en el
que tuve mí primer contacto; pues les puedo decir que más empobrecida, de lo
que ya estaba en aquella época; mucho menos creativa, con escuelas de
comunicación de las diversas universidades del departamento; que han hecho
grandes intentos e importantes trabajos como lo fue y lo es en la actualidad
Radio Universitaria, el medio de comunicación de la Universidad Nacional Pedro
Ruiz Gallo; pero que no han marcado la trascendencia que debería en la mayoría
de la población lambayecana, por diversas razones pero el problema está
presente.
Aquí llega a mí memoria el
programa “Hibrido” transmitido por la querida y muy recordada Radio Stereo 93;
que fue una iniciativa de un equipo de estudiantes de comunicación de “la Pedro
Ruiz”, dirigido por un destacado maestro y amigo, como lo es el Lic. José
Torres Fernández, pero tuvo que ser clausurado por motivos académicos y de
disposición para continuar con este hermoso proyecto.
Hoy por hoy, la veo a la
radio invadida por supuestos locutores que son en realidad mercaderes de la
información, que poco les importa el interés ciudadano, la formación de la
población y la promoción cultural del suelo donde viven y que se sienten
felices en su función de asalariados de pseudo - políticos y empresarios que
solo velan por sus propios intereses y que no son sensibles a las necesidades
de sus representados ni de su entorno, respectivamente.
A muchos de estos locutores
improvisados les resta, formarse académicamente no importándoles en lo más
mínimo lo que tenga que ofrecer a su audiencia para su propio crecimiento
personal y la responsabilidad con el desarrollo social. Este triste panorama
tiene que ser distinto, es tarea de todos los comprometidos con el tema, forjar
una nueva corriente que impulse por medio de este extraordinario medio, la
integración y el desarrollo de los pueblos.
Mí reconocimiento a mí gran
amigo Claudio Baquedano Reyes, a quien vida fue Hubert Limo Mendoza, a mí
maestro José Pastor Balderrama, Jesús
Piscoya Fernández, Jorge Fernández Sánchez, Hamilton Tong entre tantos otros
que en sus mejores años dieron y en algunos casos siguen dando lo mejor de su
talento a sus radioescuchas. Personajes de la historia de la radio de nuestro
departamento que con su don de gente, caballerosidad, valores, gran capacidad
de análisis y amplia cultura se ganaron un espacio en el corazón de la
colectividad lambayecana.
La
radio, es el medio que despierta la imaginación y el diálogo cercano y ameno
entre las personas, en el que comparten sus emociones, sus impresiones, sus
pedidos y sus reclamos; esa es la esencia de la radio, esencia que tenemos que
recuperar. Los estudiantes de periodismo y de locución de las universidades e
institutos de nuestro departamento y del país, tienen la gran tarea de cambiar
el actual momento y por ello necesitan de docentes, como los hay en su mayoría,
a la altura de tremendo desafío, en sus manos está el presente y el futuro de
nuestra radiodifusión. La radio es educación, es cultura y es una filosofía de
vida que debe estar internalizada en el alma de quienes son orientadores, a
través de las ondas sonoras del quehacer de un pueblo.
*Licenciado en
Ciencias de la Comunicación
Email: cfallafigueroa@hotmail.com
www.cesarfalla.com
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