Por: César I. Falla Figueroa*
La obtención del campeonato
del mundial de clubes de Paolo Guerrero no es producto de la casualidad, ni
mucho menos lo que dice algún amigo hincha de universitario (el equipo rival
del cual es hincha Paolo) argumentando que se la encontró por suerte en el área
y que estaba obligado a anotar.
El logro de esta copa, la
máxima a nivel de instituciones futbolísticas en el mundo, tiene mucho ver con
lo que soñó “el kayser” para su futuro. Desde la época que vestía la seda de
Alianza Lima en menores, derrochando talento, aquel talento que encandiló a los
bávaros y en ese sueño, estoy seguro, mucho tuvo que ver su familia, sus
padres, en particular la popular “Doña Peta”, hermana del otrora arquero
blanquiazaul “Caico” Gonzales Ganoza, por la evidente disciplina que le puso y
por ese cariño a lo suyo que solo una madre lo puede imprimir.
Desde que apareció en las
pantallas de televisión, jugando en varias ocasiones por el equipo principal
del Bayer de Munich, enmudeciendo el
campo del “Allianz Arena” con golazos de gran factura, hasta en el mismo
Hamburgo en el que dejó su gran sello goleador y clara proyección, vimos en el
joven de looks de cabellos extraños, al nuevo delantero de nuestra selección.
A las críticas de muchos
periodistas, en la cual me incluyo, que “el depredador” iba a devaluar su nivel
futbolístico anclando en el balompié sudamericano. El hoy atacante del Corinthians, se encargó de
cerrarnos la boca y demostrar con hechos la vigencia y el poder del futbol
brasilero y comprender que su intención al “país de la zamba” era tener ritmo
de competencia y estoy plenamente seguro alzar la copa del mundial de clubes,
tal como se hizo realidad.
Si antes de la victoria ante
el millonario Chelsea inglés, “el 9” de la representación nacional tenía las
puertas abiertas para su retorno a Europa. Ahora su regreso a Alemania o a
cualquier país de la más alta competencia, solo es decisión del actual jugador
del “Timao” y con una cotización en el mercado de pases mucho más alta que
antes de aquel día histórico.
Se trata de un profesional
del fútbol con actitudes diferentes, en comparación con muchos de sus demás
compañeros del combinado patrio. En Guerrero se ve y se siente el amor por sus
colores, las ganas por no dar una pelota por pérdida, la bronca cuando no están
saliendo las cosas en el terreno de juego y el respeto por nuestra camiseta
ante cualquier rival que se le ponga al frente.
El triunfo del centro delantero
inca, construido en este campeonato de primer nivel significa para sus
compatriotas doble alegría ya que no solamente se trata de un título más de uno
de los peruanos con mayor éxito repartidos por el mundo, sino también del más
querido por el hincha nacional; su cercanía con el pueblo, espíritu solidario y
su entrega puesta en evidencia en todo momento, hizo que se meta al bolsillo a
toda la afición. Y esto hace que su
victoria, sea concebida como una motivación muy especial, para continuar en el
camino de sacar al Perú adelante.
La anotación de dos goles,
tanto ante el Al Ahly egipcio en la semifinal como frente al
conjunto de Olld Trafford en la etapa final, sumado al hecho que el artillero
se convirtiera en uno de los mejores jugadores en estos dos encuentros; hace
que esta gesta tenga un sabor especial y tal vez sea la más recordada entre las
finales disputadas por otros peruanos años atrás.
Lo realizado el último
domingo a primeras horas de la mañana es un claro mensaje para la juventud, en
el sentido que no pueden desmayar en sus sueños, que todo está en el poder de
la mente, que lo que uno quiere solo se consigue con un 1% de inspiración y 99%
de transpiración, que no podemos desaprovechar las oportunidades que se nos
presenta en la vida y que nunca debemos desviarnos del camino que cada uno se
ha trazado.
Con esta extraordinaria victoria,
Guerrero ha puesto el nombre del Perú en lo más alto en el ámbito futbolístico
a nivel de los cinco continentes, al punto de ponerse por encima, creo yo, de
“la grande” Natalia Málaga como peruano del año de este 2012. El gesto de sacar
la bandera rojiblanca, en la celebración del conjunto paulista por todo el
Estadio Internacional de Yokohama, revela su enorme identificación con el suelo
que lo vio nacer, expresado en el profundo amor por su patria y lo encumbra
como un real embajador del Perú para el mundo.
Quiero aprovechar la
oportunidad para expresar mí saludo a toda la sociedad lambayecana y en
especial chiclayana por la celebración del nacimiento de Jesús, es mi deseo que
en cada uno de sus hogares, reine la paz
y unión y que se sienta a nuestro Señor vivo en el corazón de cada uno de
nosotros, expresado en la acción de compartir con el que más lo necesita, como
verdadero sentido de esta fiesta, la más hermosa de la humanidad. ¡Feliz
Navidad amigos!
*Licenciado en
Ciencias de la Comunicación
Email: cfallafigueroa@hotmail.com
www.cesarfalla.com
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