Por: César Falla Figueroa*
Ya hubiéramos querido que el
sudamericano obtenido el lunes pasado, hubiera sido en el fútbol. Pero la
realidad nos dice, que una vez más son las mujeres las que sacan la cara por el
deporte nacional.
Lo hecho la noche del 26 de
noviembre en el Coliseo Miguel Grau, expresa en hechos que el que quiere puede,
o mejor dicho la que quiere puede. No importa la adversidad, no importan los
pocos recursos ni la pobre planificación que hoy por hoy, un deporte como el de
“la net alta” debe tener, cuando hay voluntad, confianza, identidad y amor por
nuestros colores.
El Campeonato obtenido en la
categoría menores, nos permite soñar en tal vez dentro de un tiempo disputar la
de oro en una Olimpiada; tal como lo hicimos hace más de dos décadas en Seúl. Por
momentos, parecía que el tiempo retrocedía y veía en acción a leyendas como “la
China” Rosa García, Gaby Del Solar y la misma Natalia, en aquella final
olímpica, en la cual estuvimos cerca de llevarnos el oro. Las heroínas del
presente, necesitan seguir contando con el apoyo de la empresa privada y del
propio Estado; solo así podemos sacar adelante a este deporte, que tantas
satisfacciones y alegrías nos ha dado.
Que este triunfo sirva para
reflexionar en el hecho que necesitamos insertar en la mente de nuestras
autoridades políticas y deportivas que una adolescente que se prepara para la
alta competencia, no debe vivir en medio de necesidades, sino en las
condiciones adecuadas para vivir con la tranquilidad que le permita
concentrarse en lo suyo, vivir como un deportista.
Este proceso, ya tiene sus
figuras y ya brillan con luz propia: Angela Leyva, considerada como: “la mejor
atacante del campeonato”, Rosa Valiente, Maguilaura Frías; entre otras que
estamos seguros con la continuidad del trabajo, se convertirán en los pilares
del seleccionado nacional, como lo tuvimos en antaño.
Natalia Malaga la ex
campeona nacional, hoy estratega de este gran equipo, merece una mención
especial. Criticada por su carácter y por su particular lenguaje, pero nadie
podrá negar el inmenso compromiso y cariño que siente por su patria, además de
la probada capacidad profesional e inconfundible espíritu deportivo, reflejado
en su época de voleibolista y ahora como responsable de la dirección técnica
del equipo de todos.
Brasil, como es clásico su
poderío, fue muy difícil; nunca dejo de exigir a nuestras compatriotas; el
marcador lo dice todo “3 – 2”, pero ahí estuvo el hambre de triunfo de las
campeonas y el aliento incesante del público que se dio cita en el recinto
chalaco y el que se puso frente al televisor y que jugaron su propio partido, a
favor de este glorioso resultado.
Al apreciar la hazaña del
combinado bicolor y ver a todas nuestras chicas, confundidas en un solo abrazo,
en conjunto con su comando técnico y con las madres de “las matadorcitas”
incluidas; manifiesta la necesidad de victorias deportivas que un país como el
nuestro requiere.
El Mundial de Menores de
Tailandia, nos espera y es un derecho que nos hems ganado a punta de sacrificio
y como dice “la Mala”, a punta de trabajo y trabajo. Disfrutemos este momento,
un episodio de la historia nacional que nunca olvidaremos.
*Licenciado
en Ciencias de la Comunicación
Email: cfallafigueroa@hotmail.com
www.cesarfalla.com
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