Por: César I. Falla Figueroa*
Soñaba con el momento de ver a Chiclayo en la pantalla grande,
exhibida en el sétimo arte como grandes metrópolis. Ese sueño se hizo realidad
hace unas semanas cuando fui a una de las salas de cine, ha expectar, la
película “Trampas de tu lado Oscuro” una producción nacional que como tal
merece el apoyo de todos los nacidos en este departamento y los que Chiclayo,
generosamente acogió. A decir verdad, ya había visto (hace unos años) algo de Chiclayo
en la recordada historia puesta en escena “Motor y Motivo”, que habla de la
historia actual del famoso “Grupo 5”, pero no en la dimensión que puedo
apreciar en la cinta, materia de exposición. Y que hoy comparto mis puntos de
vista, luego de un buen tiempo de haber dejado de comentar de cine.
En este trabajo pude apreciar
lo mejor de mí ciudad; su emblemático centro histórico, el paseo “Las Musas”,
imágenes de la simbólica y siempre bien presentable Urb. Santa Victoria,
nuestros museos y playas, entre otros lugares. Parecía estar soñando pero no
señores lo vi y me siento muy feliz por ello. Me pongo en el mejor de los
escenarios y pienso en la posibilidad de que nuestra producción concurse en
festivales internacionales y sea vista y evaluada por destacados profesionales
que saben de cine, hecho que sería fantástico para los nacidos en esta noble
ciudad.
Para ser sinceros, mantengo
mi distancia con el contenido de la película;
me parece muy ligera, frívola, extremista en cuanto a lo que se ve en la
realidad. No me cabe en la cabeza como adolescentes que recién están en pañales
en la vida, de edades que oscilan entre los 16 y 17 años se les pueda ver
fumando y bebiendo licor en tremendas “juergas”, como parte de su vida
cotidiana.
Se habla de que con esta
historia se pone modelos para concientizar valores en los jóvenes, pero lo que
se hace, desde mi perspectiva es en estimular esta clase de comportamientos,
nada recomendables para los que recién se están formando. Lo único que genera
esto es agudizar la problemática que atraviesan muchos de estos muchachos y no
abrirle paso desde un medio de comunicación tan importante como el cine, a
tratar de frenar estas insanas convivencias que a nada bueno conducen.
Me parece que en esta
producción, tal vez sin querer o quizá los productores arrastrados por el ánimo
de llenar las salas de cine, se está cayendo en exponer en imágenes el
deterioro moral (en términos generales) que se encuentra nuestra adolescencia y
juventud peruana. Basta el ejemplo, recogido de una de las escenas de la
película: cuando un estudiante se dirige al profesor para plantearle una
propuesta indecente, a cambio de una calificación que le permita “salvar” el
curso y las imágenes mismas del acto repudiable de este profesor con la
estudiante universitaria (vendida por su compañero de clase) sin capacidad de
reacción, capitulando el trato perverso entre ambos.
La película chiclayana calificada por su director como el
primer largometraje del género ficción producido en esta parte del norte;
trata de poner en cuestión, ese “lado oscuro” que todos los seres humanos
tenemos y que varios de nosotros nos esforzamos por no reavivarlo y mantenerlo
controlado. Un tema interesante para desarrollarlo en la pantalla grande, pero
no adaptado hacia personas muy jóvenes que no deberían estar conectados con ese
tipo de vida y al contrario debería estar vinculados al logro de sus objetivos
personales, sus estudios, su trabajo y sus ganas de salir adelante.
Pero más allá de lo expuesto
y disculpando a las personas que se ven aludidas con lo mostrado en imágenes.
Considero que lo fundamental y estratégico,
es la difusión que se da a Chiclayo, por medio de este esfuerzo cinematográfico;
como destino comercial y como plaza del norte peruano, para conocer y hacer
escala al pasar por la ruta norteña, por parte de los turistas que visitan
nuestro país.
Una de las cosas positivas
de esta película es que promueve a muy jóvenes valores de la actuación como:
Leyla Plengue, Paulo Stein, Ivan Ruiz y Jeanpier Guerrero, que estamos seguros
que por las buenas condiciones actorales mostradas en este film; darán que
hablar en los próximos años en el cada vez más exigente mundo del arte. Asimismo,
saludo la participación del reconocido actor nacional Carlos Victoria, que su sola presencia le da cierto peso a la
producción chiclayana.
Me hubiera gustado ver una
cinta con otro contenido, tal vez vinculado a nuestra historia, a nuestras
costumbres, a nuestra raza, al empeño de nuestra población por sacar adelante
su familia en busca de su progreso y desarrollo y así por el estilo. Pero soy
respetuoso del trabajo de su director y trato de entenderlo por su afán
comercial, pero algo me dice mi conciencia y mi ética profesional, que me dice
al oído que de eso no se trata.
A pesar de las críticas
expuestas, mi reconocimiento a la empresa que asumió este desafío: Audiofama
Producciones y a su director Oscar Liza Alauie por apostar por Chiclayo. Esperemos que no sea la primera
ni la última y que se siga exponiendo a nuestra Ciudad Heroica, a nuestra
querida Capital de la Amistad en lo más alto de la cinematografía nacional y
latinoamericana.
*Licenciado en
Ciencias de la Comunicación
Email: cfallafigueroa@hotmail.com
www.cesarfalla.com
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