Expresión de Juventud

Expresión de Juventud
En una de mis actividades profesionales como comunicador organizacional, al servicio de mi país.

Tuesday, August 29, 2006

Un instituto al servicio de la juventud.


Por: (*) César Falla Figueroa

La presencia de los medios de comunicación en el quehacer diario de los jóvenes es vital. En plena era del conocimiento y de desenvolvimiento del fenómeno globalizador, la penetración de los mass media, resulta siendo clave y decisivo para la formación de nuestra juventud.

Los factores que los muestran como tales, son varios, entre ellos podemos destacar los siguientes: contacto inmediato con el público gracias a la utilización del moderno y recreativo lenguaje audiovisual, amplios niveles de cobertura, eficaz persuasión, capacidad de canalizar necesidades y alcances de sus receptores, espacios para la activa participación ciudadana y una acentuada tendencia al trabajo creativo, sólo por citar algunas de sus más simbólicas bondades.

Siendo así y frente a los desafíos que tiene el Estado para con la sociedad peruana y en especial para con sus jóvenes, el Instituto de Radio y Televisión del Perú, marca una pauta fundamental en todo lo anteriormente precisado. Dicha entidad estatal está llamada y debe estar religiosamente comprometida a velar por el desarrollo y bienestar de los peruanos.

Los esfuerzos hechos por la dirección anterior, sentaron las bases de lo que tiene que ser un foro de comunicación representativo de todos nosotros con producciones educativas, culturales y de índole político, teniendo como referentes programas como: “El ojo de la tormenta”, “Mapamundi”, “La mitad más uno”, “La buena tierra”, entre otros.

Es esta obra la que debe ser afianzada y es en este proceso de mejora en el que se debe de generar un franco acercamiento hacia la juventud, creando proyectos comunicacionales que den la posibilidad a este gran sector de la población a que participe, interactúen, debatan y aporten a la construcción de una agenda nacional, imprescindible en la hora actual, promoviendo y consolidando liderazgos juveniles.


Es en este escenario, en donde la labor de las universidades e institutos superiores, cobran enorme importancia a partir de los convenios o alianzas estratégicas que puedan efectuar estas entidades con el instituto en mención, a fin de permitirles a los estudiantes de las escuelas de ciencias de la comunicación y de periodismo, presentar sus propuestas de carácter académico y profesional, gestiones que sin duda motivarán el acercamiento concreto del Estado con los jóvenes ciudadanos.

El Consejo Nacional de la Juventud, como organismo que pretende ser, el ente rector de los destinos de los jóvenes del Perú, tiene aquí un papel fundamental, este debe tomar la iniciativa en esta materia, utilizando los recursos que la instancia estatal posee, haciendo un llamado nacional, a los jóvenes talentos, con ideas inteligentes, innovadoras para hacer comunicación de calidad.

Estas propuestas en conjunto pueden constituirse en una formidable oportunidad para jóvenes de todos los rincones del país, incitando a los directivos del I.R.T.P a descentralizar realmente su trabajo y tener una visible presencia en cada uno de los departamentos con producciones propias.

De otro lado, la ocasión es propicia para recoger el sentir de un número considerable de compatriotas, los cuales coinciden en expresar que la nueva administración del I.R.T.P, debe estar empeñada en reafirmar lo que ha significado las líneas maestras de la pasada gestión como son el adelanto cultural, la promoción de una mejor educación, la pluralidad en la tarea informativa y el fortalecimiento de la democracia, bases primordiales para orientar la manera propositiva, el progreso de los jóvenes.

Es también conveniente dejar sentada una posición que debe asumirse como un principio, compartido por la mayoría de peruanos, este es el que los medios de comunicación del Estado no deben estar sometidos a intereses gubernamentales, mal intencionados, a actos que atentan contra los intereses de las mayorías, no deben ser difusores de comportamientos antidemocráticos, acciones distantes a la marcha correcta de la patria.

Como punto aparte, quisiera saludar la designación de la abogada y brillante periodista Maria del Pilar Tello, como presidenta del Instituto de Radio y Televisión del Perú, personalidad de identificada opción política (socialdemócrata) , permanente colaborada de prestigiosos diarios como “La República” y “Correo”, deseándole lo mejor en este reto.

Como parte de su sensibilidad cívica, la actual titular del I.R.T.P, obedeciendo a sus convicciones democráticas, apoyo la candidatura del hoy jefe de Estado, Alan García, hecho que estrecho aún más sus lazos de amistad con el mandatario, no obstante, sabemos de la seriedad de la destacada analista política, pues sabrá marcar una línea entre la fraternidad y la imparcialidad periodística, en un trabajo tan delicado y sensible.


(*) Comunicador Social


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Friday, August 25, 2006

Jóvenes Ciudadanos …¡Un camino a seguir!



Por (*) César Falla Figueroa
Veía por la tele el impacto mediático, que a mi parecer, ha tenido la multitudinaria protesta estudiantil en Santiago, adolescentes de 15, 17 y hasta 18 años, demandando al gobierno mapocho, su legítimo derecho a una mejor educación. En ese momento, de habitual distracción, conversaba con mi padre de que tan impactante puede resultar la participación de jóvenes compatriotas en calles y plazas, escenarios tradicionalmente democráticos.

Al margen de lo que se pueda pensar de la protesta acontecida en el país del sur, es necesario que nos pongamos a meditar sobre la participación de los jóvenes en estos espacios públicos.

Lo expresado en nuestro país el cuatro de junio, refleja lo dividido que está el Perú dentro de un concepto político y aún más dentro de un concepto social; la debilitada democracia puesta en evidencia en el más de 80% de desconocimiento que hay sobre ella, según los indicadores de medición; la falta de ese espíritu de organización, de actuar en comunidad, resultan siendo elementos, por decir lo menos, vergonzosos.

Señales que dibujan de cuerpo entero la triste realidad de nuestro país, es ahí donde se presenta un panorama que exige replanteamientos, urgentes propuestas, trabajar acuerdos y fijar claros desafíos.

Frente a la difícil y preocupante realidad es menester fomentar en los jóvenes, siendo su mayoría, la reserva moral del país, una cultura ciudadana, que nos permita forjar una Democracia Participativa, producto de una labor educativa sostenida en el tiempo y fortalecida en su desarrollo, en temas claves como desarrollo social, talleres de asocianismo juvenil, una renovada educación cívica y la siempre ausente en las currículas educativas de todos los años, realidad nacional, por sólo citar algunos ejemplos.

Cursos que deben ser impartidos tanto en las escuelas como en las universidades, claro, considerando los niveles.

A través de esta tarea, es imprescindible generar en el joven, la práctica de ejercer y respetar sus derechos ciudadanos, que motive en él, su participación, sin ningún tipo de exclusiones, en los grandes temas de su propio interés, buscando que este sector, valioso de la sociedad peruana en terminos tanto cualitativos como cuantitativos, se constituyan en actores comprometidos con el desarrollo de la vida nacional y por supuesto departamental y local.

Tengo la percepción que la sociedad consciente de su problemática educativa, social, política, institucional y económica, clama en voz alta la intervención en la esfera pública de los jóvenes como agentes de cambio, con responsabilidad para asumir, precisamente, el cambio que necesita la patria.

No debe estar lejos el pensar que los jóvenes, llegado un momento, puedan constituirse en los abanderados del cambio de modelo económico, demanda central de los sectores políticos y sociales conocedores a fondo del cáncer social que agobia a los más empobrecidos de nuestra patria.

Sin intentar llegar a que el Perú sea el país de las maravillas, percibo que los jóvenes deben asumir, como parte de su proceso de madurez, el encargo social de transformar su presente y proyectar, con los pies bien puestos sobre la tierra, su futuro.

Los jóvenes tenemos que conducirnos bajo la concepción de que al momento de presentar y exponer nuestros reclamos, este deba ir acompañado de una propuesta, desde las iniciativas, pasando por los planteamientos, hasta los articulados acuerdos colectivos, sólo así se nos tomará en serio, con francas señales de madurez.

Por ello la necesidad de que los jóvenes construyan una opinión de nivel técnico, y en esto último tenemos profundos vacíos ya que en la actualidad sólo registramos un avance concreto, los Lineamientos de Política Nacional de Juventud, tengo que reconocerlo como gran merito del CONAJU, si bien es cierto hay otros esfuerzos, pero estos lamentablemente son poco articulados y caen en la intrascendencia.

Cabe mencionar la labor de organizaciones que están haciendo un trabajo histórico, grupos que están sentando las bases de este proceso de participación ciudadana en los jóvenes, ahí están los esfuerzos de Propuesta Joven, en su afán de proponer una agenda gubernamental; de Opción V, incentivando el concurso de los jóvenes en la lucha contra la pobreza y en lo temas cruciales para su desarrollo; Perú Joven, en su titánica tarea de generar espacios de reflexión política y social, a estos organismos mi saludo y mi mayor reconocimiento.

Sé que la protesta chilena, no es el ejemplo más adecuado, ni mucho menos el más emblemático, pero nos invita a meditar sobre la participación de los jóvenes en temas tan sensibles como lo es la educación, y que nos hace recordar que hace mucho tiempo dejamos de ser el futuro del país y que hoy somos el presente, ¡asumamos ese rol!.


(*) Comunicador Social



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Wednesday, August 23, 2006

La Ley del Concejal Joven

Por: (*) César Falla Figueroa
Trabajemos desde ahora por una renovada comunidad política.

Dentro de lo que puede llamarse una bienvenida vocación por renovar el sistema político por parte de Alan García, puesta en evidencia a lo largo de su campaña electoral y pronunciada durante su primer mensaje presidencial, el mandatario ha propuesto la Ley del Concejal Joven, que incluye gente nueva e impulsa la presencia de la juventud en la gestión de los asuntos sociales. Tema que ha sido aprobado por el parlamento, por amplia mayoría.

Esta iniciativa gubernamental nos motiva a todos los que nos sentimos sensibles a este debate, a tratar de diseñar el perfil del aspirante a regidor, más aún joven, en las actuales circunstancias y frente a los desafíos del mañana. El postulante a ocupar está delicada responsabilidad municipal debe reunir (a mi modesto entender) una serie de atributos como: solvencia moral, toma de decisiones, competencia profesional, reconocimiento ciudadano, liderazgo social y experiencia en gestión pública.

En esta esfera pública no hay lugar para los improvisados, que por dinero o por influencias, se acomodan en la lista de un grupo político, así de feo suena, pero es nuestra realidad.

Más allá de la labor fiscalizadora que legitimadamente desarrolla un regidor, está su trabajo en cada una de las comisiones que debe atender un concejo municipal como son la de salud, educación, cultura, turismo, deportes, urbanismo, tributación, participación vecinal, pueblos jóvenes y cooperación internacional. Se trata pues de campos de acción de singular importancia que exige el concurso de gente con capacidad técnica que actúe con eficacia y responda a los intereses comunes de la sociedad.

La herencia política que recibe la juventud, en su mayoría, es nefasta (Montesinos, Fujimori, Mantilla, Kouri y sigo), pero la historia política, nos dice, que tenemos a figuras de talla continental y de espectacular bagaje cultural como: Víctor Raúl Haya de la Torre y José Carlos Mariategui, entre otros, que estoy plenamente seguro son y seguirán, siendo fuentes de inspiración para esta nueva comunidad política.

Creo saludable expresar estas consideraciones, dado que la distancia marcada por los jóvenes con los asuntos públicos, con la política misma, es dramática, pero hay la imperiosa necesidad de insertarlos, poco a poco (en el marco de un proceso de desarrollo juvenil), en el trabajo municipal, aprovechando y potencializando su talento, entusiasmo, ingenio, destrezas y habilidades, para ejercer dicha tarea de notable envergadura.

Es una formidable idea la de la administración actual, de proponer la asignación de cuotas en la lista de regidores para los ciudadanos menores de 29 años, aunque creo debió desarrollarse sin apresuramiento por parte del partido de gobierno, no hay que hacer muchos esfuerzos, para saber que las condiciones no están dadas o en el mejor de los casos, son muy precarias para la aplicación de la propagandizada legislación.

La promoción de la norma, impulsa a las instituciones políticas y en especial a los gobiernos locales a fomentar Escuelas de Gestión Pública, a fin de lograr en los jóvenes un óptimo desenvolvimiento de sus funciones como actores políticos dentro del gobierno local donde se desarrollen. Ese es uno de los tantos caminos a optar por los jóvenes del Perú, la de la vida pública, del compromiso con los demás, del desarrollo local, que apunta al crecimiento personal, profesional y social.

¡Insisto!, esta iniciativa antes de ser promulgada como ley, debió obedecer, con anterioridad, a un programa de capacitación municipal para jóvenes permanente, que tenga como firme propósito adiestrarlos en temas claves como: Legislación Municipal, Gobernabilidad, Desarrollo Social, Realidad Regional y Participación Ciudadana, para ser sincero hay serios vacíos en el debate de la norma, hoy pienso que puede resultar difícil para las tiendas políticas, incluir un porcentaje de jóvenes, cuando ya tienen sus listas hechas, mal o bien, pero hechas finalmente. Estoy casi seguro que la ley se acatará sólo por cumplir, incorporando la dirigencia de los partidos a sus jóvenes militantes en los últimos lugares.

Como muestra de la ligereza con que se tomó esta delicada propuesta, el ayer candidato presidencial García, en un artículo escrito hace varios meses en el Diario Peru 21, precisó que hay la necesidad de convocar rápidamente a la juventud hacia la política, discrepo con esta opinión, señor presidente, no se trata de eso, repito, la política está muy lejos de la vida cotidiana de los jóvenes y si hay un pequeño sector que se involucra en este complejo y conflictivo mundo, es por desmedidos intereses personales, por eso lo oportuno de diseñar una renovada comunidad política, brillante en su esencia, que genere expectativas y que nos regale esperanzas.

Es realmente vergonzoso que existiendo más de 10 mil regidurías, aproximadamente 800 de ellas, sean ocupadas por jóvenes menores de 29 años, en un país como el Perú en la que la juventud significa el 37 % del padrón electoral, a pesar de la manera como se lanzó el proyecto y de la inexistente discusión parlamentaria, al fin y al cabo, no hay que ser tan incrédulos y hago votos por que con el paso del tiempo rompamos con este nefasto indicador en mejora de nuestra representación política.

Compatriotas jóvenes no veamos en una regiduría la oportunidad para llenarnos los bolsillos y para ganar protagonismo personal, sino todo lo contrario, esta debe ser la oportunidad, en la cuál se debe tener muy en claro, que a partir de este espacio local podemos efectuar la transformación que nuestras provincias y distritos necesitan.

Estoy seguro que luego de una reconocida participación ciudadana, los jóvenes estarán listos para emprender una auspiciosa y activa participación política, de altísima responsabilidad para con su colectividad y de reciprocidad para con sus electores, nosotros sí tenemos las ganas suficientes para sacar adelante a nuestras ciudades, ¡estoy convencido que podemos lograrlo!.

La obtención de una regiduría para la juventud debe ser un hermoso incentivo al trabajo social realizado, es por ello que la construcción de ciudadanía, hoy, cobra enorme relevancia, ¡con pasos firmes y de cara al futuro!, hagamos de este planteamiento una causa común con responsabilidad, madurez y sensatez.

(*) Comunicador Social.


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REFORMA DEL CONAJU: Un conjunto de acciones a ejecutar.



Por : (*) César Falla Figueroa


En tiempos de reciente fiesta nacional, la oportunidad es más que propicia para reflexionar sobre un organismo automarginado de la agenda pública y devaluado en su desempeño, afirmo lo dicho ya que este ha pasado del encanto que trae su puesta en marcha al terreno de la intrascendencia por su propia inacción ya culminado el mandato toledista, me refiero al Consejo Nacional de la Juventud.

Desde mi condición de ciudadano, créanme que me cuesta decir lo expuesto, pero es la realidad. Frente a este desalentador panorama es clave plantear una serie de retos que nos da la oportunidad de enrumbarnos con firmeza y con el compromiso siempre necesario hacia el cambio, cambio que marcará el destino de los jóvenes del Perú, tantas veces utilizados y postergados pero también tantas veces solicitados al momento de emprender las grandes transformaciones.

Nada en la vida es fácil y mucho menos el resolver una tarea de tal magnitud como lo es relanzar a una organización direccionada a encarar un tema tan complejo como es el desarrollo de la juventud. Pero es necesario asumir este cometido, comenzando por lo siguiente:

PRIMERO: Con total certeza se dice que en una institución o empresa lo esencial es su recurso humano y ahí es donde quiero ir, el CONAJU urge de una renovación de sus autoridades y del personal que labora en el, los resultados están a la vista y lo que se alcanzado hasta el momento es muy pobre en casi cinco años de funcionamiento. Respecto a ello, brindo
un aporte, el presidente del CONAJU tiene que ser una persona profesional, líder, ejecutiva, prospectiva, con solvencia moral, con un vasto conocimiento y experiencia en gestión pública, que nos situé con absoluta claridad en el presente, que tenga una clara visión de futuro, sepa bien hacia donde debe ir la juventud en los próximos veinte años, teniendo muy en cuenta que el mañana está en nuestras manos.

SEGUNDO: Los lineamientos de Política Nacional de Juventud traducido en el Plan Nacional de Juventud, es uno de estos valiosos estudios que se puede simbolizar como uno de los objetivos cumplidos del Consejo Nacional de la Juventud, del cual reconozco y aplaudo, pero que debería focalizarse en tres propósitos básicos: Promover la participación de los jóvenes en el fortalecimiento del sistema democrático (a través del impulso al proceso de participación ciudadana y política), incentivar el empleo digno y las capacidades de los jóvenes (por medio de órganos estatales como: COFIDE, Banco de la Nación y el Programa PRO JOVEN y con la participación de los organismos multilaterales) y asegurar una educación de calidad para la ciudadanía y la inclusión (esto tiene que ver con el cumplimiento de los planes educativos trabajados en los tres últimos años, la reforma universitaria y una atención muy especial a la población joven rural y campesina).

TERCERO: Llevar a cabo de manera descentralizada tanto en el departamento, provincias y distritos, talleres de trabajo en la que se ilustre a la sociedad joven sobre ¿Qué es el CONAJU?, ¿Sus funciones?, ¿Quiénes lo conforman?, entre otros aspectos y en ellos recoger inquietudes e iniciativas de parte de los participantes, contribuyendo a diseñar, enriquecer y replantear el quehacer de este espacio.

CUARTO: CONAJU como instancia llamada a velar por el bienestar y desarrollo de la juventud, tiene el imperioso deber de organizar Escuelas de Formación Ciudadana y Política, a fin de motivar, una real actuación cívica en la población joven del Perú y de propiciar una cultura política, generando cuadros para así garantizar, cálculo en veinte años, una comunidad política con identidad patriótica, con un aceptable nivel cultural y sobre todo con una acentuada conciencia cívica que responda a los desafíos del siglo XXI y de la era globalizadora.

QUINTO: Es oportuno que el CONAJU tenga una política dialogante, de convocatoria, de consensos y dentro de esa perspectiva bien puede encajar la realización de reuniones con organizaciones juveniles y jóvenes de a pie (empeñados en hacer algo por su país), en donde de manera transparente, enfática y sincera se converse sobre la situación de los grupos juveniles, el nivel de participación de los jóvenes en estos colectivos sociales y vida cotidiana, con el propósito de construir una agenda social por los jóvenes del Perú. Foros en los que no debe haber lugar para las exclusiones.

SEXTO: Creo conveniente que este consejo debe adoptar como modo de actuación el trabajar bajo una óptica social más que política, a fin de no tergiversar las tratativas y conceptos expuestos en diálogos y en las acciones mismas que esta institución sostenga, si no miremos el fracaso de las agrupaciones juveniles dentro de los partidos políticos, menos del 20% milita en ellos, sin resonancia alguna, según los estudios realizados nos da la lectura que el ejercicio cívico debe ser un paso previo al ejercicio político, esto en caso de los jóvenes por las situaciones que lo rodea, los ámbitos de desarrollo, las formas de pensar y las perspectivas que estas tienen.

SETIMO: Un tema clave que propongo es la instalación de oficinas descentralizadas en cada departamento del país (con el apoyo de los gobiernos regionales y locales) para tender a la población joven de la zona, escuchar sus necesidades y rescatar sus planteamientos, es en estas oficinas donde se requiere la participación de jóvenes voluntarios que pueden ser estudiantes de superior, jóvenes con ganas de hacer historia y así los haremos sentir parte de esta significativa etapa.

OCTAVO: Una medida sustancial que se puede considerar es afianzar la coordinación interministerial entre los despachos de Salud, Educación, Trabajo, Producción, de la Mujer y Desarrollo Social y Relaciones Exteriores, con la finalidad de ejecutar una actividad articulada en bien del progreso de estos sectores en materia de juventud, desplegando una reconfortante cooperación a la labor que emprende CONAJU y viceversa.

NOVENO: Un paso fundamental que debe dar CONAJU, en serio, es de estrechar lazos institucionales con el Congreso de la República, específicamente con la Comisión de Juventud y Deporte, con el ánimo de aunar esfuerzos en lo que concierne a la elaboración de iniciativas legislativas y en sí a todo lo que compete a producción legislativa, ello suscitará, sin duda alguna, un mayor interés de parte de los parlamentarios hacia este tópico. El Parlamento Nacional debe ser un ámbito en el que se puede tratar, debatir, concertar y normar sobre puntos enormemente sensibles para los jóvenes como salud, educación, cultura, trabajo y desarrollo social.

DECIMO : Es menester que el presupuesto destinado al CONAJU sea orientado en su mayoría al funcionamiento eficaz de esta entidad estatal y no lo contrario, tal como se registró en los años que tiene de fundado. Este acto debe ir acompañado de una rigurosa racionalización en el gasto, evitando los excesos.

Ojalá que estas pautas estén insertadas en la mente del doctor García y de los colaboradores del CONAJU. Es vital que el presidente de la república se pronuncie y actué con respecto a lo tratado. Lo expuesto para serles sincero, pretende ser las líneas maestras del histórico proceso de Reforma a echar andar.


(*) Comunicador Social