Por: César I. Falla Figueroa*
En nuestro país, aun no contamos con una cultura
que promueva el trabajo voluntario, tal vez esta carencia sea motivada por el
notorio acento comercial de nuestra querida ciudad y sobre todo por el
individualismo que cunde en el planeta, que no nos permite ampliar nuestro
horizonte y despojarnos de todo egoísmo, personalismo y egocentrismo; que
retrasando nuestro desarrollo personal, social y profesional. En gran medida la
juventud necesita de una orientación y más allá de ello tenemos que darle
sentido a su vida y por ello la práctica del voluntariado constituye una
oportunidad para realizarnos como personas que formamos parte activa y
protagónica de un colectivo social. Todo ello, sobre la base de valores
esenciales para este ejercicio ciudadano como: la solidaridad, el amor, la
integración, la responsabilidad y el compromiso.
Necesitamos que en las universidades, en los
clubes sociales, en las empresas, se forje una cultura del voluntariado; es un
medio extraordinario para llegar a los menos favorecidos y/o a las personas que
atraviesan por un problema y por tanto requieren la ayuda o la presencia de una
mano amiga. Esta actividad debe formar parte sustancial de la cultura corporativa
de cada una de las organizaciones. Una de las experiencias más cercanas de
Voluntariado, que he podido apreciar, es la que se realiza con mucho esmero en
el Centro de Voluntariado de la Universidad Señor de Sipán, liderada por un
gran amigo, el destacado joven profesional Jim Verona; quien gracias a su
carisma, empeño y gran voluntad ha sabido llegar a la conciencia de este lindo
equipo, para desarrollar una importante obra reconocida por toda la familia
sipanense.
Espacio estudiantil que fue promovido en la
USS, desde el año 2011, como un área formativa de la Dirección de Bienestar
Universitario y Asuntos Estudiantiles a disposición de estudiantes, egresados y
actores sociales que fomentan acciones solidarias y la activa participación en
diversos proyectos de voluntariado. De esta manera se va fortaleciendo el
espíritu del conjunto social, viviendo en armonía con nuestro planeta y siempre
dispuestos a tender una mano. Este centro, está sustentado en la nueva
propuesta pedagógica de Aprendizaje – Servicio, buscando articular el trinomio:
universidad, voluntariado y comunidad.
Son múltiples los temas en los que se forman
los estudiantes voluntarios en la USS, entre los que podemos resaltar: la
violencia familiar, violencia de pareja, ciudadanía, responsabilidad y
compromiso social, entre otros. Así como el desarrollo de muy interesantes
programas como: el Voluntariado Hogar Clínica San Juan de Dios, Voluntariado
C.E.B.E Niño Jesús de Prada, Programa Ayuda a tu Barrio, entre otros.
A nivel internacional, los avances en el
accionar del voluntariado han sido sustantivos, en la medida que hay la
necesidad de que la universidad profundice en su labor de responsabilidad
social, afín de estar a la vanguardia de las alternativas de solución a los
problemas que aquejan a la sociedad. Ello implica incorporar en la propuesta
académica estos problemas, desarrollar investigaciones sobre la problemática y
aportar en la solución. La idea central, es vincular directamente a la
Universidad con la sociedad, impulsando programas a favor de los sectores
sociales menos favorecidos. La visión de toda esta filosofía es clara, el
perfil de la Universidad postmoderna es la que se atreve a lograr unir la
formación del estudiante con una preparación académica de calidad y con la valiosa
labor de responsabilidad social. Ya que este espacio por su propia naturaleza
posee un capital de conocimiento y tecnología considerable que le puede
permitir presentar una solución o varias soluciones frente a lo que afecta a la
mayoría de la población.
Un ejemplo de voluntariado en el ámbito
mundial es el programa que corresponde al de Naciones Unidas, que apoya al
desarrollo humano sostenible en todo el planeta. El programa VNU promueve la
paz y el desarrollo, poniendo énfasis en las oportunidades de participación de
todos los pueblos. Tiene como principios rectores: el libre albedrío, la
entrega, el compromiso y la solidaridad con todas las naciones. La ONU, asume
esta actividad como el medio adecuado para involucrar a los ciudadanos de manera
participativa, haciendo frente a los desafíos en materia de desarrollo y capaz
de transformar la realidad social de los pueblos.
Una práctica que destacar a nivel de
voluntariado en el exterior es la efectuada por la Universidad Autónoma de
Madrid (España), consistente en el envío, a otros países, de estudiantes para
trabajar en conjunto con personas voluntarias en actividades sociales en
diversos tipos de instituciones. Es impresionante los beneficios que ha traído
esta experiencia estudiantil, estableciendo contactos con otras realidades,
incorporando nuevas habilidades y contribuyendo, de manera decidida en
proyectos de transformación social.
En el Perú, además de la experiencia
universitaria tenemos programas muy importantes, como es el caso del Voluntariado
Kurame, espacio para canalizar aspiraciones y esfuerzos de miles de jóvenes
peruanos, en su labor de emprender actividades para mejorar la calidad de vida
de las personas en condiciones de vulnerabilidad en hospitales y albergues
públicos en diversos lugares de nuestro país.
Por versiones de dilectos amigos y
estudiantes, así como de mi propia vivencia, el papel de ser voluntario, es una
de las vivencias más maravillosas de la cual he podido participar con el mayor
entusiasmo, el hecho de involucrarnos en una acción benéfica, habla muy bien de
quienes asumimos esa responsabilidad. El ayudar a un semejante, produce una
satisfacción en el alma increíble y que a través de su accionar, los creyentes
vamos encontrando la respuesta a uno de los mandatos que nuestro señor Jesús
nos dejó en la tierra.
*Licenciado en
Ciencias de la Comunicación
www.cesarfalla.com
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