Expresión de Juventud

Expresión de Juventud
En una de mis actividades profesionales como comunicador organizacional, al servicio de mi país.

Friday, December 26, 2014

Don Roberto Gómez Bolaños

  Por: César I. Falla Figueroa *


En mi época de primaria, al salir del colegio, me prestaba luego del almuerzo y de responsablemente hacer mis tareas y/o estudiar, a espectar “el Chavo del Ocho”, en su casa televisora nacional de siempre “América Televisión”. Recuerdo aquel ambiente de la legendaria “casa encantada” de la Av. Sáenz Peña, testigo de mi época dorada de la infancia, en la que me sentaba “casi religiosamente” desde las 6:00 p.m. hasta las 7:00 p.m., en la querida tele blanco y negro de 12 pulgadas, muy concentrado a disfrutar de lo mejor del talento de esta mente brillante, que nos hizo reír y nos hizo llorar, como aquella tarde que me enteré de su partida. 

Pero soy sincero en decir, que el personaje que me causó mayor impacto fue “El Chapulín Colorado”, por el simple y maravilloso hecho que lo trasmitían los domingos por la mañana y era el momento que precisamente lo compartía con mamá y porque sus escenas eran tan como nuestras con características y códigos muy similares a la cultura nacional y local. ¡Yo! ¡El Chapulín Colorado!, era como el momento cumbre de millones de seguidores, era la esperanza de que el problema a los que se enfrentaba tenía solución, en la que se iba hacer justicia tarde o temprano y que existía un héroe que muy a su estilo, se enfrentaba a los bandidos en defensa nuestra. “La Chicharra Paralizadora”, era una de las armas de lucha de este super héroe, que estatizaba a quien había que disuadir alguna acción malintencionada y a su vez castigar, con la misma moneda, a modo de ridiculizar a quien cometía la falta. Como olvidar aquel álbum tan especial de la década de los ’80 que lo vi, casi contemplé en esa pequeña y bella librería ubicada también en la Av. Sáenz Peña y que anecdóticamente no pude comprar. Ilustración que tenía una portada extraordinaria; multicolor y que reflejaba la unidad que inspiraba esa latina vecindad.

Una serie muy especial, cuyo nombre no recuerdo, que me inquietaba sobre todo cuando el actor Ramón Valdéz preparaba el cabello del “Chompiras”, su eterno compañero de múltiples fechorías y luego le aplicaba una “soberana” cachetada como reprimenda ante una acción desafortunada o que simplemente era incoherente frente a lo que estaban tramando. Ese peinado (tipo libro) del más emblemático comediante, quedo en mi retina por siempre y era como fiel testimonio de fidelidad y sumisión a quien era el cerebro de las operaciones delictivas, ¡era muy gracioso! O el clásico “Doctor Chapatín” que nos dejó una frase que hace mucho tiempo tomé para mi vocabulario personal, como es “Me da Cosa”, a modo de un acto vergonzoso que otros pueden traducir como un gesto de fastidio para ejecutar algo o el solo pensar en realizar una determinada acción. Un entrañable viejito que se veía burlado por la mayoría de sus pacientes pero que hábilmente sabía poner en su lugar a quien intentaba pasarlo por encima.

Un personaje que tengo la impresión fue el más elegante de las propuestas artísticas del genio “Chespirito” y que me causó muchísima simpatía, fue coincidentemente el periodista “Vicente Chambón", quien desempeña la labor de reportero para el Diario “La Chicharra”. Distraído hombre de prensa, que estaba a la conquista de noticias hilarantes para su “prestigioso” medio de comunicación. “Cándida” era su fotógrafa, interpretado por la inseparable, Florinda Meza y el papel de Editor - Jefe fue “Don Lino”, interpretado por el actor de nota; Rubén Aguirre. El Barril del “Chavo del Ocho”, es otro de los elementos sustanciales pertenecientes a esta gran simbología que nos ofrecía “La Vecindad”, como signo representativo de la precariedad que rodeaba al niño desamparado, pero también podría significar el espacio en donde este querido infante, depositaba su fe y su  esperanza en un mejor porvenir. Es increíble que no pudiéramos pensar en “el Chavo”, sin este objeto que marcó su rasgo distintivo de este referente infantil.

La presencia de “Chaparron Bonaparte” se suma a la lista de exitosas apuestas televisivas de Gómez Bolaños que buscaba encarnar al amigo fiel y al trato cálido e inocente hacia su compañero “Lucas Tañeda”, otro personaje desarrollado por su gran amigo en la vida real; Rubén Aguirre y como no mencionar a la vecina que no dudaba en molestarlo por una tasa de azúcar. Es este personaje de “Chaparron” el que inmortaliza el movimiento más superlativo de los creados por “Chespirito”, la famosa “Chiripiorca”, sin dejar de dar el valor que corresponde a “La Garrotera”; pero considero que “La Chiripiorca”, fue lo más relevante de este astro mexicano, por su contundencia, por el despliegue físico y en cierta forma, por su duración. También nos deja sus películas, grandes aportes en el género cinematográfico. Aún tengo vivo el recuerdo de esta cinta llamada “El Chanfle” (utilero del legendario equipo mexicano “América”), que mostraba a un ser integro, que honraba sus compromisos y que se constituía en una figura cuyo rostro por si solo nos arrancaba una sonrisa y que por encima de todo, lo que primaba en este personaje, era la definición práctica - internalizada de los valores que en el afamado “Chanfle”, era común encontrarlo y que al final por sus actos logra ascender como entrenador del equipo infantil de “Las Águilas del América”. La película tuvo dos versiones, de similar éxito.

México, Perú, América Latina y el Mundo, no cesan en llorar, recordar su obra y a su vez en brindarle un sincero homenaje en los diversos medios de comunicación a este supérdotado de la comicidad. Aprecié, hace poco, una tira cómica en un diario nacional dedicada a este mega talento azteca. Cuyo mensaje nos trataba de decir que siempre hemos reído al ver a esta personalidad ecuménica y hoy al fijarnos en su imagen, nos encontramos muy tristes, casi sin consuelo por su partida. Sin duda, un trabajo artístico que consolida los sentimientos que se ponemos de manifiesto por este tiempo. Ayer, en las primeras horas de la tarde; se fue uno de mis maestros más importantes que pude tener en la vida. Gracias por las alegrías que nos causástes día a día, por los episodios de reflexión que tuvimos gracias a tus brillantes historias; llenas de amor, de perdón, de solidaridad, de amistad y de fe en un mundo mejor. ¡Que en paz descanse, Don Roberto Gómez Bolaños!

*Licenciado en Ciencias de la Comunicación
 www.cesarfalla.com






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