Por:
César I. Falla Figueroa (*)
La pandemia del Coronavirus,
ha generado toda una crisis sanitaria y económica y el periodismo no es la
excepción, incluso es uno de los sectores más afectados en esta caótica
situación. Hoy, quiero centrarme en el Periodismo Cultural que considero ha
sido el ámbito del periodismo más golpeados en estos tiempos.
A nivel de América Latina,
se determinó (de manera errada) que la cultura era lo que tenía que ocupar un segundo
o tercer plano en los medios de comunicación, dando prioridad a otros aspectos.
Por ello la mayoría de sus trabajadores de las áreas de cultura de las empresas
periodísticas se encuentran paralizados y parte de ellos han sido
lastimosamente despedidos.
Un caso emblemático, es el
de la Revista Sábado del Diario El Mercurio de Chile, que tiene más de dos
décadas publicando crónicas y reportajes. El pasado 16 de mayo, le puso fin a
sus labores y se imprimió por última vez en papel couché, diciéndoles adiós a
todos sus columnistas de cine, series, gastronomía y libros.
Este clima resulta
contradictorio, ya que en vez de ubicar en primer lugar a la generación de
contenidos, puesto que a partir de dicha producción se puede prevenir, orientar,
entretener y registrar los hechos para futuros trabajos comunicacionales,
lamentablemente no es así.
El papel del periodismo
cultural en tiempos de pandemia, sirve para canalizar toda la tensión y el
estrés que vivimos, producto del encierro, el estado de emergencia y el terror
inyectado por los medios sensacionalistas; a manera de desahogo y distracción.
Si no veamos la presentación de las obras virtuales, lecturas dramatizadas, charlas
y talleres. Actividades que sirven para que el público encuentre un alivio ante
el difícil escenario.
Siento que al dejar de lado
al periodismo cultural, estamos cerrando la oportunidad a que dentro de una
centuria, cuando se revise esta época; no podamos ir a ver una película, una
obra de teatro y/o escuchar canciones para que podamos conocer cómo vivió la
humanidad este tiempo, a manera de un espejo con memoria.
Sin embargo en Uruguay, el
Periódico La Diaria no despidió a nadie. Según José Gabriel Lagos de la sección
de Cultura, el diario se desenvuelve en función a una cooperativa, considerando
que más del 70% de sus ingresos provienen de las suscripciones.
El espacio de comunicación
uruguayo, desarrolló un suplemento denominado “En Casa” donde se concentran
temas de cultura, espectáculos y actividades de acompañamiento, como
crucigramas y adivinanzas; en un esfuerzo por mantener a sus lectores,
informados y entretenidos.
Esta crisis, ha impulsado a
los periodistas a mutar del escenario físico al escenario virtual, como es el
caso del reconocido periodista Marco Sifuentes quien es columnista del Diario
La República quien determinó crear el podcast “La Encerrona” quien se ha
posesionado como entre los más escuchados del Perú y se sostiene de los
auspicios de sus auditores.
Una alternativa con el ánimo
de salvar el periodismo cultural son las plataformas digitales como un Blog, un
Diario Digital o producciones audiovisuales hechas en Zoom y que las propuestas
periodísticas de orden cultural encuentren modelos de negocio acordes a esta
era.
Cabe señalar que ya están
aterrizando estas iniciativas, como es el caso del Diario Digital Mi Gaceta con
una propuesta cultural bien marcada, así como los programas de televisión, podcasts
y todo tipo de proyectos de calidad que son llevados también a las redes
sociales.
En honor a la verdad, el
periodismo cultural ha adquirido un carácter contestarlo que se resiste a
desaparecer en las dramáticas condiciones que ha dejado la pandemia.
Otro país que ha tenido un
comportamiento plausible, es Bolivia cuyas áreas especialidades en cultura de
los diversos medios; se han orientado a ofrecer listas y catálogos de
expresiones de arte y entretenimiento para poder hacer este presente hostil que
vivimos en algo menos hostil.
Es oportuno precisar que el
país del altiplano, tiene en su haber una destacada tradición de suplementos
culturales y medios especializados como: La Ramona del Diario Opinión, Letra
Siete del Diario Página Siete, Tendencias del Diario La Razón, Puño y Letra de
Correo del Sur, entre otras importantes producciones.
La realidad te invita a
pensar que si el periodismo cultural quiere sobrevivir, necesita reinventarse.
Saber usar la tecnología para los propósitos que podamos perseguir, el
conocimiento de los nuevos lenguajes de comunicación es fundamental,
visibilizados por la virtualidad que exige la nueva convivencia.
Dicha convivencia social, ha
originado una vida online que ha condicionado la jerarquía de la agenda
mediática y ello marca la desventaja para quienes no se desenvuelven en el
ecosistema digital.
Más allá del periodismo
cultural, es justo aplaudir la disposición de muchos creadores que desde su casa,
ofrecen lo mejor de su arte; así como la colaboración en proyectos conjuntos de
relevantes instituciones, como es el caso en Cuba del Instituto Cubano de la
Radio y la Televisión, el Instituto de Música, el Ministerio de Cultura y la
Unión de Escritores y Artistas de Cuba UNEAC.
Amigas y amigos, queridos
colegas, estamos frente a un gran desafío que exige de nosotros flexibilidad, tolerancia,
adaptabilidad y preparación para ingresar con éxito a este mundo digital, tan
apasionante como fue el mundo anterior.
*Licenciado
en Ciencias de la Comunicación
Magister en Ciencias de la Educación
www.cesarfalla.com
Puedes ver este artículo en: https://migaceta.com/la-crisis-del-periodismo-cultural-en-tiempos-de-pandemia/
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