Por: César I. Falla
Figueroa (*)
Hay
una película que en mi vida la he visto en dos oportunidades, les confieso
(como es natural) que la segunda vez tuvo un impacto mayor en mí que en la
primera. “Kramer vs Kramer”, es una película de 1979 dirigida por el
norteamericano Robert Benton, protagonizada por dos grandes figuras del sétimo
arte como Dustin Hoffman y Meryl Streep, así como la notable participación de
Justin Henry.
Ted Kramer (Dustin Hoffman),
hace el papel de un padre responsable con su familia que la adora y que quiere darle
lo mejor a ella. Como eje de familia, trabaja con mucho esmero logrando un prestigio
en su organización.
Pero un buen día su esposa
Joanna (Meryl Streep), decide abandonar su hogar, al parecer por la poca presencia de Ted en
el seno de su familia y en particular en la vida de ella. Ted se queda con su
hijo Billy (Justin Henry), asumiendo un gran desafío, siguiendo el curso de su
vida entre su hogar y el trabajo en el cual se entremezclaban la tristeza, el
deber y sobre todo el amor de padre.
Para Ted, es toda una dura
experiencia de aprendizaje cumplir con el rol de padre y madre para Billy,
sumando su comprensible reclamo por la falta de su progenitora. Con el paso del
tiempo Ted tiene éxito en el aprendizaje llevado y logra tener el amor pleno de
su menor hijo, pero esto le costó serios problemas en el terreno laboral;
superando en corto tiempo aquel momento adverso.
Luego de varios meses,
retorna a la ciudad y a la vida de Ted y Billy, Joanna; quien cita en un café a
su ex pareja para decirle que está decidida a quedarse con Billy, hecho que Ted
no está dispuesto a cumplir el propósito de Joanna y como es comprensible van a
juicio.
Litigio, en el que cada uno
desnudó sus vidas, frente a un severo juez y luego de un tiempo de duración del
proceso, Joanna logra tener la patria potestad. Sentencia que pone muy triste a
Ted quien se había habituada con muy buena actitud, a la nueva relación con su
hijo.
Ya en el epílogo de la
historia, Joanna decide seguir su vida y renuncia a lo obtenido, dejando a Ted
a cargo de su menor hijo, padre que comprende la decisión de la que fue la
mujer de su vida, estrechándole un abrazo generoso.
Muchas veces, hablamos del
heroísmo de la mujer con sus hijos cuando falla el padre (en cualquiera de las
formas) esa imagen es la que apreciamos en la mayoría de casos pero existe “la
otra cara de la moneda”, en la que la mujer deja ese nido sagrado, como debe
ser su hogar; sobre todo con un hijo menor de edad que requiere su atención
para dar rienda suelta a su impulso, a la conquista de reencontrarse consigo
misma a costas de las lágrimas de su pequeño.
Ted, a pesar de sus errores;
es un ser humano modelo. Puesto que nunca le imprimió en el corazón de Billy,
un resentimiento a su madre. En su defecto Ted ayudó a su hijo a comprender la
situación y vivir su niñez lo más natural posible.
Ted, a pesar de la decisión
de su esposa de salir de su vida. Nunca le guardó rencor ni la dejó de amar,
evidenciándose ese sentimiento durante las audiencias y en el momento que
Joanna desiste de la decisión judicial; abrazando a su ex pareja como
acompañándola en su decisión.
Desde mi punto de vista, la
decisión de Joanna de dejar a su esposo puede ser comprensible, pero dejarlo
con su menor hijo eso es condenable. No podemos encontrar solución a nuestros
problemas de pareja, a costas del perjuicio de alguien que representa nuestro
lazo sanguíneo más comprometedor.
La actuación del genial,
Dustin Hoffman refleja una de las mayores expresiones de amor que he podido ver
a mis 38 abriles en la pantalla grande, no solo a su hijo sino también hacia la
que fue su pareja.
Una de las grandes lecciones
que puedo rescatar de “Kramer Vs Kramer”, es que no podemos hacernos cargo
totalmente de un menor, ya sea como padres biológicos o sustitutos desde la
cólera o peor aún desde el odio, porque solo estaremos trasmitiendo al ser
“amado” esos miserables sentimientos.
Tenemos que hacer un supremo
esfuerzo por curar heridas y volver a llenar de amor nuestra alma para dar el
más puro sentimiento a quien decidamos darle. No podemos vivir con amarguras,
con resentimientos y con culpas. Tenemos que tener la pizarra de nuestra vida
en blanco, pero teniendo muy presente en nuestra mente, lo que sucedió en el
pasado.
Ello nos ayudará a no
repetir los errores o equivocaciones que pudimos cometer y volver a escribir un
capítulo más de nuestra vida; de mucha mejor manera, más atento a las señales
claras que nos da la vida y por ende más sólidos en los caminos que nos toca
transitar.
Cabe señalar que este film,
reflejó un cambio cultural que ocurrió durante la década de 1970, cuando las
ideas sobre la maternidad y la paternidad estaban en un proceso de cambio. La
crítica elogió la manera como se le dio el mismo peso y relevancia a los puntos
de vista de Johanna y Ted.
Resultado de la producción
de “Kramer Vs. Kramer”, Robert Benton obtuvó el Oscar como mejor director,
Dustin Hoffman como mejor actor y Meryl Streep como mejor actriz de reparto. Roger
Ebert del Chicago Sun-Times le dio su máxima calificación, alabando el guion de Robert Benton:
"Sus personajes no sólo se hablan entre ellos, sino que revelan cosas
sobre sí mismos y a veces aprenden de sus propios errores. Eso es lo que hace
que Kramer contra Kramer sea una cinta conmovedora”.
Recomiendo esta joya del
cine, es una historia que considero deja huella en quien tiene la oportunidad
de verla. Su mensaje me conmovió y por eso quise compartir con ustedes un poco
de su relato y análisis.
*Licenciado
en Ciencias de la Comunicación
Magister en Ciencias de la Educación
www.cesarfalla.com
Puedes ver este artículo en: https://migaceta.com/kramer-vs-kramer/
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