Por: César I. Falla Figueroa (*)
Recuerdo que te dije
“Nuestra Amistad va más de la muerte” al terminar la entrevista que te hice, en
el 2017. Jamás pensé que esa expresión cobraría enorme relevancia, tres años
después. Te conocí en una tarde de 1996 en la Calle Alfredo Lapoint a la altura
de la desaparecida librería “Bolígrafo” de nuestro amado Chiclayo, por un amigo
en común. Recuerdo que estaba muy preocupado por un laboratorio de química y tu
padre nos ayudó a salir del apuro escolar.
Todo lo que voy a decirte en
este artículo, ya te lo dije en la tierra. Pero hoy quiero expresártelo en un
contexto diferente. Hoy quiero enviarte este mensaje al Cielo. Me abriste las
puertas de tu casa, sin conocerme mucho. Tal vez, hubo una conexión muy fuerte
que no necesitabas saber tanto de mí para abrirme las puertas, no solo de tu
hogar sino también de tu corazón.
El tiempo pasó rápido y
llegamos a la Copa Libertadores edición 1997, yo no tenía lugar donde ver el
partido, mi televisor no tenía cable y Lucho, sin dudas ni murmuraciones me
dijo “Te vienes a ver el partido” sin que te lo pida y es así como pude
apreciar varios encuentros de la emocionante copa de ese año, en donde nuestro
Sporting Cristal participaba de manera auspiciosa.
No me cansaré de recordar,
como fuimos testigos de aquella hazaña que nos hizo tocar la gloria. Aún está
vivo el momento, cuando el match entre Cristal y Racing, se apreció una
sensacional corrida del “Coyote” Rivera, hasta romperle la cintura a Macalister,
fue un capítulo estelar de nuestra amistad. Lo disfrutamos mucho.
Con el paso del tiempo y al
ver el ejemplo tuyo y el de tu familia, me generaron un saludable amor por el
Colegio Nacional “San José”, claro, motivado también por los gratos momentos
que pase en el centenario plantel.
Mi madre murió por el año
2014, un 24 de enero por la madrugada y no era para menos, en la mañana del
mismo día estabas presente ahí para acompañarme y compartir un momento de
insoportable tristeza. Siempre estuviste a mi lado, en los capítulos de la vida
que más te necesitaba.
Como voy a olvidar, cuando
se me hacía tarde en tu casa y tu madre generosa me brindaba una cena y juntos
compartíamos un lindo momento. Recuerdo cuando mi padre cayó enfermo y tu
familia se hizo presente en mi hogar, esos gestos jamás se olvidan.
Eras un ser humano muy
sincero, uno de los primeros en manifestarme los errores que cometía y me
invitabas a corregirlos. Habías madurado muchísimo. Tu palabra era sagrada para
mí.
No te imaginas, cuanto
disfrutaba verte jugar, tu deporte de toda la vida, el fútbol. Eras un maestro,
tenías el juego de César Cueto “El poeta de la Zurda”, buen panorama de juego, fino
toque de balón y pases precisos. Me pusiste “Chilavert” por mi estilo de juego,
te divertía decírmelo.
Llega
a mi memoria, cuando tuve que irme a una entrevista de trabajo a Bagua y tú no
dudaste en recogerme en tu auto, desvelando tu sueño. Pero, tú eras así. Era tu naturaleza y lo que dictaba tu corazón.
Espero,
Dios mediante, poder ver a tu hijita Alejandra María. Ella será el símbolo del
amor que cultivaste en la tierra. La adorabas y estoy seguro que desde arriba
guiarás sus pasos y estoy convencido que la encaminarás por los senderos que tú
comenzabas a labrar para ella. Aún recuerdo cuando muy alegre me dijiste, que
ibas a ser papá.
Eras
un genio de las matemáticas, el profesor Carbonel advirtió ello en tu Colegio
“San José”. Resolviste un examen en 30 minutos, batiste un récord que
difícilmente será superado. La razón de salir raudo de esa evaluación, era para jugar “pelota” en el amplio pasadizo
granate. Las matemáticas, era un talento que te sirvió para ayudar a tus
compañeros, enseñándoles que era lo que te apasionaba y te llevó a estudiar
Ingeniería Civil, otra de tus pasiones.
La
entrevista que te hice, fue un instante muy importante para mí y estoy
convencido que para ti también. Fue el capítulo perfecto. Recuerdo que me
expresaste… “Fue una entrevista amena y espontánea… Te felicito”.
En
mi cumpleaños del 2017, luego de compartir un bello momento en el set de
televisión de Radio Televisión Chiclayo, junto a otros amigos; me sorprendiste
regalándome una camiseta del Bayer de Munich, era un club que te encantaba y
sabías de mi predilección por su juego. Te agradecí en el alma.
Cuando
clasificó Perú al mundial de Rusia 2018, recuerdo que nos dimos un abrazo y me dijiste
“Somos mundialistas” y yo le dije “Lo Logramos” y nos confundimos en un gran
abrazo. ¡Estabas feliz! Y yo también.
Tu Juan Aurich, lo llevabas
en las venas. Tus ojos brillaban cuando hablabas del “Ciclón del Norte”. Tu hinchaje, era
consecuencia de tu amor por Chiclayo. Al igual que el “San José” y la UNPRG,
ello también te venía de familia.
Te fuiste un jueves 27 de
agosto del 2020. Una fecha que jamás olvidaré, porque fue el día que partiste a
la eternidad, al encuentro de Jesús al que tuviste una fe a prueba de balas y
al que entregaste buena parte de tu vida.
Hoy, estás en un lugar muy
especial. Siento que ahora serás un ángel para tu familia, los seres que amas y
tus seres queridos. Tu generosidad, bondad y solidaridad, que mostraste con tus
actos en la tierra, hace que te constituyas en ese ángel o en esa linda estrella
después de tu partida, ese era tu destino.
Te voy a extrañar. Muchas
Gracias por todo.
*Licenciado
en Ciencias de la Comunicación
Maestría en Ciencias de la Educación.
www.cesarfalla.com
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