Expresión de Juventud

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En una de mis actividades profesionales como comunicador organizacional, al servicio de mi país.

Wednesday, October 23, 2013

Mi Vida en el Colegio “San José”

Por: César I. Falla Figueroa*


Hasta ahora recuerdo, la formación de los Lunes en el antiguo patio central, entonando nuestro himno nacional, como reafirmando nuestro compromiso con la patria; además del infaltable Himno al Colegio y la Marcha Sanjosefina que nos hacía, nos hace y nos hará, sentirnos orgullosos de su historia. Vibrantes episodios de mi paso por este enorme liceo, Santuario del Saber que alumbras a Lambayeque y das gloria al Perú, tal como reza las letras de su sagrado canto oficial.

Recuerdo a una profesora de historia, que hacía con lo que solo el arte de la educación puede lograr, vivir nuestro pasado, que tanta gloria le dio al país. En aquella aula “de la C” socializábamos memorables hechos de la historia del Perú, como las admirables proezas del genio Mariscal Andrés Avelino Cáceres “El Brujo de los Andes” en la Campaña de la Breña, la Rebelión de Tupac Amaru II, la llegada de Colon y su descubrimiento de América, entre otros acontecimientos que al exponerlos en clase, nos hacía sentir como protagonistas de estos hechos.
Han pasado 15 años, que partí del centenario plantel y hoy es justo y necesario, aunque confieso que estoy a punto de ir a las lágrimas, dar un sincero homenaje a mis extraordinarios compañeros y mejores amigos; hoy competentes profesionales, como: Carlos Ferreyros Pasco, Naylamp Estrella Izarra, Mario Guevara Prieto, Carlos Araujo Pita, Allan Estela Sanandres, César Requejo Zegarra, Javier Piscoya Chuman, Segundo Flores Montenegro, entre otros; es decir una selección de destacados alumnos que hoy llevan en alto el nombre de su Colegio, en el lugar donde se encuentren. A todos ellos, muchas gracias por su amistad, por su respeto y por su mano amiga. Mis mayores afectos y mi consideración eterna, hacia ustedes.
Un capítulo aparte para “mi hermano del alma”, Luis Chicoma Prado, un amigo muy querido, que aunque no tuvimos la ocasión de estudiar en la misma aula, nuestro vínculo fue tan especial, como si lo hubiera sido. El plantel granate, nos dio la maravillosa oportunidad de que se pueda producir un lindo vínculo entre ambos. Integrante de una familia, inmensamente identificada con esta mítica escuela, cuyo padre y hermanos pertenecen a ella y con el que cultivé una estupenda amistad, que ha perdurado a lo largo del tiempo.

Como olvidar aquellos fantásticos instantes de poesía, motivados por mi profesor de Literatura, Mondragón cuya obra se tomaba su tiempo para apreciarla y conversarla, a la hora de salida. Docente, al cual le agradezco en el alma haberme permitido experimentar, aquel corto pero intenso momento de mi existencia. En dicha creación literaria; le escribí a mis padres, a lo que pensaba de la vida, a la adolescente que robaba mi atención por esos años, a la naturaleza, a mi colegio, es decir a aquellas cosas que estaban muy cerca de mi entorno y las consideraba muy importantes. Mi homenaje también a la Profesora, María Perez Iturregui, Coordinadora de Actividades del San José que me tocó vivir. Por su dinamismo, profesionalismo y compromiso con nuestra institución. Muchas Gracias por los años que brindó a este centro de estudios. Los que la conocemos, sabemos reconocer esa gran labor.

Hace poco visité sus muy renovados ambientes, parece otro colegio físicamente, pero aún permanece el aroma de aquellos bellos momentos que compartí con mis profesores y compañeros de clase, varios de ellos, grandes amigos. En mi recuerdo parecen detenidos en el tiempo, aquellas reflexiones en el receso junto a algunos mencionados alumnos de aquella época. Mis inquietudes por el mañana, al salir de sus aulas y lo que significó, el pasar a otra etapa de mi vida. Mis sueños de juventud, cuya casa centenaria los acogió con la más infinita generosidad.

¡Vaya que te extraño San José! Es increíble que la sensación al sentarme, en una de tus carpetas, en esta última visita que te hice, sea la misma que sentí hace 15 años, al egresar de tus aulas. En mi San José, el tiempo y las vivencias de años tras siguen en ese prestigioso recinto, nunca se fueron. Inmortalizadas, como señal de que estuvimos ahí y como prueba irrefutable del supérstite amor del plantel para con sus alumnos. Fue un gran honor, formar parte de tu historia. De sentirme parte de ese sentimiento, que nos exige y compromete, a mí y a todo sanjosefino, estar a la altura de su incomparable grandeza. Con disciplina, respeto y gratitud por lo ahí aprendido.

Después del tiempo, pienso y llegó a la conclusión que mi llegada a este bendito lugar fue producto del destino, no hay otra explicación a aquella decisión de papá y mamá, puesto que llegaba de un colegio particular y mixto, como lo fue mi amado “Elvira Bulnes”, a uno de características muy disímiles. Fue el destino quien se encargó de juntarnos y vivir un inolvidable tiempo, que en su mes institucional, traigo a mi memoria. 

Hoy en tu aniversario, que se constituye en una de las celebraciones más grandes de nuestro departamento, te brindo mi más cálido saludo y reconocimiento querido “San José” viejo y lucido espacio de la sabiduría, porque es así como te quedaste hasta la eternidad en mi recuerdo. A todos mis maestros que tanto me dejaron para la vida y a aquellos auxiliares que son esos personajes siempre cerca del inquieto y entusiasta alumno, algunos con correa en mano, otros con su mano extendida como símbolo de compañía y consejo, a todos ellos, muchas gracias, nunca los olvidé. ¡Feliz 154 aniversario, entrañable San José!  

*Licenciado en Ciencias de la Comunicación.

 www.cesarfalla.com

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