Expresión de Juventud

Expresión de Juventud
En una de mis actividades profesionales como comunicador organizacional, al servicio de mi país.

Sunday, October 20, 2013

A mi Hermana Paola


Por: César I. Falla Figueroa*


Hace más de veinte años la trajeron a casa, un pedacito lindo de ser humano de piel rojiza (por lo recién nacida), que estos ojos pudieron ver a los 5 años, ¡estaba muy emocionado!. Recuerdo que a mamá le pregunte de todo; cuanto peso, a qué hora nació, si lloró bastante al nacer. etc., etc. Estaba haciendo mis interrogantes, desbordado de alegría y de mucha ternura; sentía algo que por vez primera estaba experimentando, la llegada de un integrante más a la familia, mi alma era un concierto de felicidad. Yo había sido testigo de cuan responsable y amorosa había sido mamá para con su bebita, en su proceso de gestación y me parecía algo grandioso que el ser que ayer lo tuvo en su vientre, ahora podíamos gozar de su presencia en nuestro hogar, gracias la maravilla de la vida.

Meses antes de nacer, nos preocupamos por saber que nombre le pusiamos, democráticamente en nuestra familia cada uno dio propuestas y para suerte mía, mis dos propuestas fueron aceptadas, Paola Alejandra, ya ni recuerdo por que fue el motivo de colocarle estos dos apreciables nombres, lo que sí sé es que hasta ahora creo que suenan bien, y no siento ningún arrepentimiento, todo lo contrario satisfacción porque mi propuesta haya sido la elegida.

Desde recién nacida me dediqué a cuidarla, en los momentos que mamá trabajaba en el restaurante que teníamos en la antigua casa de la Av. Sáenz Peña, una experiencia incomparable; recuerdo que al inicio, cuando era muy pequeña, no le gustaban mucho las fotos, se sentía un poco temerosa, pero con el tiempo eso fue cambiando, de manera bastante rápida. La clásica primera foto que se toman los hermanos, fue todo un espectáculo, ¡le encantó el momento!

Por naturaleza, con el pasar de los meses y los años se convirtió en mi compañera de mil y un travesuras, tengo aun el vivo recuerdo cuando juntos; entre sillas, el viejo mueble de la primera casa y los banquitos del restaurante de antaño, armábamos una tribuna con la bandera del Perú, para un mitin (según nosotros). Yo era el político que hablaba y ella era la que aplaudía, nos encantaba ese juego, la pasábamos fenomenal. Era inicios de los ´90, los momentos de mayor disfrute con esta personita que ya estaba comenzando a ser toda una niña.

Compartimos otros juegos, como “Yan Ke Po”, “Las Escondidas”, un pequeño fulbito; pero disculpen que ya no recuerde más. Lo cierto es que la pasamos de maravilla. Eran tiempos en la que no existía internet, celular, cable y hablar de computadoras, al menos en Chiclayo, era referirnos a una cosa parecida a la película “Viaje a las estrellas”, en la que para serles sincero no lo necesitábamos.

Época, en la que los hermanos compartían momentos de extrema felicidad juntos, sin ningún aparato que nos separe. En la que los niños corrían, saltaban, se manchaban la ropa; pero socializaban como tales y es en ese ámbito donde los hermanos tenían su propio espacio, algo más íntimos éramos nosotros, dada nuestra formación de casa, pero igual, no lejanos de esta realidad.

“El Chavo del Ocho”, “El Chompiras” y “El Chapulin Colorado”, eran nuestros personajes de tele preferidos; nos reíamos hasta el cansancio, tal vez era el tiempo que más disfrutamos juntos, sin dejar de mencionar la última etapa del programa de “Hola Yola” en “América Televisión”, su canal de siempre; cuyo programa, hasta hoy lo recordamos y cuyo repertorio musical de “La reyna de los niños”, era de nuestra predilección. A ellos se sumaban “Los Pitufos”, “El Hombre Araña” y el infaltable “Superman”.

Parece que fuera ayer, cuando en plena celebración de uno de sus cumpleaños, aparecí cantándole una canción compuesta por el suscrito, basada en una melodía de Cristian Castro, disculpen lo desmemoriado que no recuerde el nombre de la canción, pero ya ha pasado buen tiempo. Lo cierto es que mis padres se alegraron mucho, por el detalle y mi hermana, se sintió muy feliz por aquella célebre composición musical.

Hoy, Paola Alejandra Falla Figueroa, tiene 25 años de edad. Está a un paso de recibir su título de Licenciada en Administración de Empresas, se desempeña en una importante financiera del país, en la que su eficiencia y eficacia es reconocida por todos los que saben valorar su trabajo. Una persona que ya ha comenzado a saborear el éxito, con ciertas experiencias en varias facetas de la vida, que le ha permitido construir su propia visión de la misma. Con las cosas claras de lo que quiere en el futuro y de lo que hay que hacer, para conseguirlo.

Una joven talentosa, que nada le ha caído del cielo y que todo lo que ha logrado lo ha tenido a punta de mucho esfuerzo y sacrificio. Lista, con sus mejores armas, su voluntad y juventud para conquistar el mundo. Amante del baile; arte que ha cultivado desde niña y que está decidida a profesionalizarlo en el amplio camino que le queda por vivir. El orgullo de sus padres y de este modesto escritor. Con una actitud independiente, más realista y práctica de la vida. No tan idealista analítica y romántica como quien les habla. Para satisfacción mía, increíblemente fanática del rock de los ´80, la salsa sensual de los ´90; tal vez porque desde hace buen tiempo, escuchó en casa esa música; gracias a su reservado hermano César. Fanática de Shakira y de mi colega, Pedro Suarez Vertiz.

El 11 de Setiembre, cumple 26 años, encontrándose su familia, muy contenta por lo que ha obtenido y con la mejor disposición para apoyarla a seguir cristalizando sus sueños. Diferentes en nuestras formas de ver la vida, pero unidos por un profundo sentimiento de cariño y respeto, como hermanos que somos. Feliz Cumpleaños Paola, sigue viviendo con intensidad, así como lo está viviendo tu hermano, a su manera y solo me queda decir, que sigas el sendero que te has trazado. ¡Que Dios te bendiga! ¡Muchos éxitos, Paolita!

*Licenciado en Ciencias de la Comunicación

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