Por: César I. Falla Figueroa*
Hace más de veinte años la trajeron a casa,
un pedacito lindo de ser humano de piel rojiza (por lo recién nacida), que
estos ojos pudieron ver a los 5 años, ¡estaba muy emocionado!. Recuerdo que a mamá
le pregunte de todo; cuanto peso, a qué hora nació, si lloró bastante al nacer.
etc., etc. Estaba haciendo mis interrogantes, desbordado de alegría y de mucha
ternura; sentía algo que por vez primera estaba experimentando, la llegada de
un integrante más a la familia, mi alma era un concierto de felicidad. Yo había
sido testigo de cuan responsable y amorosa había sido mamá para con su bebita,
en su proceso de gestación y me parecía algo grandioso que el ser que ayer lo
tuvo en su vientre, ahora podíamos gozar de su presencia en nuestro hogar, gracias
la maravilla de la vida.
Meses antes de nacer, nos preocupamos por
saber que nombre le pusiamos, democráticamente en nuestra familia cada uno dio
propuestas y para suerte mía, mis dos propuestas fueron aceptadas, Paola
Alejandra, ya ni recuerdo por que fue el motivo de colocarle estos dos apreciables
nombres, lo que sí sé es que hasta ahora creo que suenan bien, y no siento
ningún arrepentimiento, todo lo contrario satisfacción porque mi propuesta haya
sido la elegida.
Desde recién nacida me dediqué a cuidarla, en
los momentos que mamá trabajaba en el restaurante que teníamos en la antigua
casa de la Av. Sáenz Peña, una experiencia incomparable; recuerdo que al inicio,
cuando era muy pequeña, no le gustaban mucho las fotos, se sentía un poco
temerosa, pero con el tiempo eso fue cambiando, de manera bastante rápida. La
clásica primera foto que se toman los hermanos, fue todo un espectáculo, ¡le
encantó el momento!
Por naturaleza, con el pasar de los meses y
los años se convirtió en mi compañera de mil y un travesuras, tengo aun el vivo
recuerdo cuando juntos; entre sillas, el viejo mueble de la primera casa y los
banquitos del restaurante de antaño, armábamos una tribuna con la bandera del
Perú, para un mitin (según nosotros). Yo era el político que hablaba y ella era
la que aplaudía, nos encantaba ese juego, la pasábamos fenomenal. Era inicios
de los ´90, los momentos de mayor disfrute con esta personita que ya estaba
comenzando a ser toda una niña.
Compartimos otros juegos, como “Yan Ke Po”,
“Las Escondidas”, un pequeño fulbito; pero disculpen que ya no recuerde más. Lo
cierto es que la pasamos de maravilla. Eran tiempos en la que no existía
internet, celular, cable y hablar de computadoras, al menos en Chiclayo, era
referirnos a una cosa parecida a la película “Viaje a las estrellas”, en la que
para serles sincero no lo necesitábamos.
Época, en la que los hermanos compartían
momentos de extrema felicidad juntos, sin ningún aparato que nos separe. En la
que los niños corrían, saltaban, se manchaban la ropa; pero socializaban como
tales y es en ese ámbito donde los hermanos tenían su propio espacio, algo más
íntimos éramos nosotros, dada nuestra formación de casa, pero igual, no lejanos
de esta realidad.
“El Chavo del Ocho”, “El Chompiras” y “El
Chapulin Colorado”, eran nuestros personajes de tele preferidos; nos reíamos
hasta el cansancio, tal vez era el tiempo que más disfrutamos juntos, sin dejar
de mencionar la última etapa del programa de “Hola Yola” en “América
Televisión”, su canal de siempre; cuyo programa, hasta hoy lo recordamos y cuyo
repertorio musical de “La reyna de los niños”, era de nuestra predilección. A
ellos se sumaban “Los Pitufos”, “El Hombre Araña” y el infaltable “Superman”.
Parece que fuera ayer, cuando en plena
celebración de uno de sus cumpleaños, aparecí cantándole una canción compuesta
por el suscrito, basada en una melodía de Cristian Castro, disculpen lo
desmemoriado que no recuerde el nombre de la canción, pero ya ha pasado buen
tiempo. Lo cierto es que mis padres se alegraron mucho, por el detalle y mi
hermana, se sintió muy feliz por aquella célebre composición musical.
Hoy, Paola Alejandra Falla Figueroa, tiene 25
años de edad. Está a un paso de recibir su título de Licenciada en
Administración de Empresas, se desempeña en una importante financiera del país,
en la que su eficiencia y eficacia es reconocida por todos los que saben
valorar su trabajo. Una persona que ya ha comenzado a saborear el éxito, con
ciertas experiencias en varias facetas de la vida, que le ha permitido
construir su propia visión de la misma. Con las cosas claras de lo que quiere
en el futuro y de lo que hay que hacer, para conseguirlo.
Una joven talentosa, que nada le ha caído del
cielo y que todo lo que ha logrado lo ha tenido a punta de mucho esfuerzo y
sacrificio. Lista, con sus mejores armas, su voluntad y juventud para
conquistar el mundo. Amante del baile; arte que ha cultivado desde niña y que
está decidida a profesionalizarlo en el amplio camino que le queda por vivir. El
orgullo de sus padres y de este modesto escritor. Con una actitud
independiente, más realista y práctica de la vida. No tan idealista analítica y
romántica como quien les habla. Para satisfacción mía, increíblemente fanática
del rock de los ´80, la salsa sensual de los ´90; tal vez porque desde hace
buen tiempo, escuchó en casa esa música; gracias a su reservado hermano César. Fanática
de Shakira y de mi colega, Pedro Suarez Vertiz.
El 11 de Setiembre, cumple 26 años, encontrándose
su familia, muy contenta por lo que ha obtenido y con la mejor disposición para
apoyarla a seguir cristalizando sus sueños. Diferentes en nuestras formas de
ver la vida, pero unidos por un profundo sentimiento de cariño y respeto, como
hermanos que somos. Feliz Cumpleaños Paola, sigue viviendo con intensidad, así
como lo está viviendo tu hermano, a su manera y solo me queda decir, que sigas
el sendero que te has trazado. ¡Que Dios te bendiga! ¡Muchos éxitos, Paolita!
*Licenciado en
Ciencias de la Comunicación
Email: cfallafigueroa@hotmail.com
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