Vicente Cabrejos,
es el flamante Gobernador Regional de Lambayeque
En un pueblo poco practicante de los valores y a los actos que nos conllevan a una convivencia pacifica, así como al respeto de los más altos principios. La figura del gobernador político, cobra notable importancia.
Vicente Cabrejos, es quien ha sido designado para ocupar esta función, abogado, ex regidor y consejero regional, se desempeñó como funcionario del Seguro Integral de Salud y lo más importante para cumplir este cargo, e militante y ex secretario departamental del partido aprista. Cuyo liderazgo en nuestra sociedad ha pasado inadvertido y para ser sensatos, la presencia del gobernador, debe estar respaldada por un prestigio y reconocimiento social, como representante del Presidente de la República y del Poder Ejecutivo en su jurisdicción, hecho que no sucede en Lambayeque.
Por lo demás, impera la necesidad de evaluar la gestión de las gobernaciones distritales, y así medir que tanto se avanzado en su labor, frente a determinadas quejas presentadas por la población. Es en este contexto, que la nueva autoridad ha prometido a la comunidad lambayecana reemplazar a los gobernadores por personas que no tengan cuestionamientos, esperemos que honre su palabra.
Cabrejos Tarrillo, ha ingresado a la gobernación, hasta donde podemos notarlo, con la firme intención de fiscalizar el trabajo de los órganos que dependen de su despacho, hecho que nos parece lo más atinado, luego de tres años de trabajo. Pero ¿Quién fiscalizará al fiscalizador?, quizá sea hora que la sociedad se organice y ejerza una labor de vigilancia ciudadana a tan delicada responsabilidad.
La atención a como se vienen llevando los programas sociales que promueve el gobierno central, es clave para el gobernador político. Según el informe de junio pasado, emitido por la Contraloría General de la República, evidencia mal manejo en estos programas. Identifica, como en todos los tiempos, incapacidad de diversos organismos estatales para el manejo y la ejecución de los programas sociales.
El informe revela que en los últimos años, la ejecución del presupuesto asignado a estos programas, no sólo ha sido ineficiente, sino que tampoco, se han realizado estudios para evaluar el impacto en los beneficiados y para variar, los mismos no se encuentran empadronados.
Como sabemos, la falta de un padrón único impide que se cuantifique el número de personas a las que llegue la cobertura. Asimismo, el informe indica que no existe un estudio sobre el éxito de los programas, puesto que no todos cuentan con indicadores de gestión, resultados, producto e impacto, lo que posibilitaría conseguir una información para establecer el cumplimiento de los objetivos.
Frente a esta realidad, la gobernación regional debería, por no decir liderar, cooperar con el monitoreo de los programas, a fin de evaluar de forma eficiente los resultados obtenidos y el impacto de los mismos en la lucha contra la pobreza, en especial en zonas de extrema pobreza. Así como un claro combate a la corrupción, que campea en el mediocre desarrollo de estos programas.
La seguridad ciudadana, es otro de los temas de fondo de la gobernación que preside, la delincuencia en el departamento de Lambayeque en especial en Chiclayo está a la orden del día, hecho que mantiene en zozobra a la población y empresarios de todo nivel y toca a dicha institución gubernamental, asumir el rol que le corresponde en la coordinación de acciones.
Como sabemos, en la provincia de Chiclayo hay la necesidad de intensificar aun más la realización de campañas y operativos destinados a prevenir y controlar hechos que atenten contra la moral, las buenas costumbres, la higiene y salubridad, entendemos que este trabajo será continuado.
* Licenciado en Ciencias de la Comunicación
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