Por: César Falla Figueroa *
A García, le faltó autocrítica en su discurso de 28 de julio
Cada 28 de julio, en conformidad con el art. 118, inc. 7 de la carta magna, el mandatario va al parlamento para brindar el mensaje a la nación. Exposición que contiene la radiografía de la República y las implementaciones que el jefe de Estado, estima necesarias y convenientes para su consideración por el legislativo.
En dicho mensaje, nuestro Presidente tuvo serios vacíos, entre los que podemos señalar los siguientes: La lucha anticorrupción; nada se dijo sobre ella, los petroaudios y el faneon, fueron uno de los hechos repudiados por la sociedad, que se hicieron extrañar en el discurso de fiestas patrias.
La crisis en Bagua; consecuencia del cambio del Gabinete Simon, paso desapercibido, García perdió la oportunidad de hablar sobre como se van a encarar los problemas con los pueblos amazónicos. Respecto a este tema, era el momento para quien representa a la nación, de un mensaje de paz y reconciliación entre peruanos, que aquiete algunas olas violentistas. La seguridad ciudadana, frente a los crímenes y asaltos cometidos en este último año, estuvo ausente. El narcotráfico, que es un tema central y gravitante en la zona del VRAE, brilló por su ausencia. De igual forma lo fue el tan mencionado informe de la Defensoría del Pueblo, el cuál indica que existen más de 230 conflictos sociales no resueltos, la situación y la proyección de la Secretaría Nacional de la Juventud; acorde con el compromiso que dice tener por este sector y la ocasión propicia para hacer una autocrítica histórica de lo que ha sido sus tres años de gobierno, faltaron a la cita.
Por lo demás, se trato de un mensaje que de la mano de anuncios y propuestas, a decir verdad, en su mayoría propias de un mensaje de primer año, busco que García se reencontrará de alguna forma con el soberano. Así tenemos; la Descentralización popular con los núcleos ejecutores juveniles, la renovación de la mitad del congreso a la mitad del gobierno, el aumento de los recursos del FONCOMUN a los municipios del 2% al 4% del IGV, la extensión del Seguro Integral de Salud, entre otros, no cabe duda marcan un giro al ingresar a su cuarto año de mandato.
A propósito de propuestas, la segunda vuelta en las elecciones regionales, nos parece oportuna, pero esta iniciativa, debió contemplar a las contiendas municipales, para dar legitimidad al elegido y así contribuir a la gobernabilidad en estos espacios.
Pero quiero fijarme en lo que fue su oferta estrella, los núcleos ejecutores juveniles, órganos que fueron creados en 1991, bajo la dirección de FONCODES, y que entiendo hoy son relanzados. Pero esta propuesta, me genera varias dudas como: ¿Quiénes estarán al frente de estos núcleos?, refiriéndome básicamente al perfil. Al siguiente día del mensaje ¿Quiénes fueron los que juramentaron?, ¿Con que criterio eligieron a los responsables?, o acaso es un botín más del partido de la estrella, para cumplir con aquellos cuarentones compañeros y con los jóvenes de la JAP.
Da la impresión que esto de los núcleos ejecutores, es una idea de suplir niveles de gobierno, como los municipios y los gobiernos regionales, que podrían traer a la larga o a la corta más burocracia.
Tal vez, hubiera sido mejor integrar este trabajo a los procesos de presupuesto participativo, donde haya un presupuesto en el gobierno local, donde se señale que obras se van a priorizar y donde la población tenga un rol protagónico, mejor estructurado.
De mantenerse esta oferta como tal, puede que cree conflictos con autoridades locales por razones técnicas o de celo político.
Por otro lado, me parece bien la promoción de las reformas en descentralización, educación, salud, administración de justicia, administración pública, reducción de pobreza y seguridad, pero me parece muy tarde para ejecutarlas a profundidad, sino todas las más importantes, como se hubiera querido, desde un inicio. Como sabemos, García no logro pasar a la historia como él hubiera deseado, en el mejor de los escenarios, posiblemente al final de su gobierno podamos decir, intento borrar lo hecho por su primer gobierno.
Y una última reflexión. El Jefe de Estado, en un párrafo de su disertación, expresa “La mejor forma de dialogar es gastar entregando al pueblo los recursos”. Es una premisa, un tanto equivocada, el gasto (como él lo dice) como resultado del diálogo, quizá, pero como respuesta a la falta de diálogo, no es lo correcto. El diálogo es un acto humano irremplazable. Es el puente de entendimiento entre dos personas o más. Una forma de acercamiento ante una inquietud, parecer o problema que tratar o discutir. Es el medio fundamental para llegar a acuerdos. Se trata de una de las acciones más maravillosas del género humano. Por tanto, el presidente García hace mal en reemplazar una acción material por un acto esencialmente espiritual, en una sociedad civilizada como la nuestra.
* Licenciado en Ciencias de la Comunicación
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