Por: César Falla Figueroa *
No podemos clasificarnos entre peruanos.
La confrontación no pasa por ahí.
Velasquez, no es el perfil de premier adecuado, pero no se le puede evaluar por categorías.
Las declaraciones de Alejandro Toledo tildando al premier Velásquez, como funcionario de “tercera línea”, evidencia que parte de nuestra política peruana ha tocado fondo y que se está perdiendo en el submundo de la diatriba, lo frívolo y el show mediático que siempre es esperado por nuestros colegas.
Lo dicho por el ex – presidente me hace traer a la memoria lo que dijo, García de los ashaninkas hace muy poco, “ciudadanos de segunda clase” en el contexto. Todo este tipo de calificaciones, le restan importancia a la política como espacio de aprendizaje, discusión y propuesta y lo reduce en un lugar donde lo intrascendente y ridículo, está primero.
Como ya habrá podido advertir la idea no es santificar a Velásquez, ni tratar de hacer una cerrada defensa de Toledo; la idea es tratar de explicar, ¿por qué se dan estos hechos?, ¿Cuál es el móvil de estos nefastos acontecimientos?
Como lo dije en anteriores ocasiones y hoy lo reitero, Velazquez no era la persona idónea para asumir la presidencia del gabinete, las razones son varias: cuestionado por tener una abultada planilla en el parlamento en su época de presidente, intervenir en los procesos electorales en el PAP de Lambayeque y por mantener una actitud servil y muy a la sombra de nuestro mandatario, Ah! olvidaba y por tener una decisión manifiesta de postular a la presidencia regional de Lambayeque en los comicios próximos.
Muchos estábamos en la idea de un premier; independiente, con trayectoria, transparente, con real capacidad de concertación y con la autoridad moral suficiente de buscar viabilidad a las demandas sociales, que una época pre - electoral siempre se hacen presentes.
Pero todo eso no le da derecho, al presidente Toledo de ningunear de esa forma a quien representa actualmente a la Presidencia del Consejo de Ministros de nuestro país, y aunque siendo irónicos, Javier Velásquez no están de tercera ya que se trata de un influyente militante con un claro poder político en su partido y con mucha presencia en la dirección política del APRA.
En respuesta, a estas desafortunadas declaraciones del líder de Perú Posible, Alan García ha expresado que su escudero, es un gerente de primera línea, un político de primera categoría. Añadiendo que es un político con formación y con compromiso político.
Respecto a esto último, García se equívoca. Un gerente con las características que Velásquez dice tener, no incrementa las planillas del parlamento, apelando de forma abusiva a su condición de primera autoridad del legislativo. Un gerente, al nivel que refiere García, goza de éxito y prestigio en la carrera profesional en la que se formó, hecho que no sucede con habilidoso político, ha pasado desapercibida su carrera como jurista. Quizá tenga compromiso, pero no con el país, sino consigo mismo. Los que seguimos la “trayectoria” del premier, todo lo que ha hecho el habilidoso alanista, ha sido para provecho personal.
Más allá de esto, lo expresado por Toledo y antes por García, dos personalidades que han ejercido la primera magistratura del país. Encierra, un triste y vergonzoso sentimiento de exclusión, ya sea por motivos raciales, sociales y de credo. Y más aún, un pobre concepto de lo que es vivir como nación, que es la de sentirnos peruanos con iguales condiciones, como parte de un territorio en común. Entre peruanos no nos podemos ubicar por clases o categorías, sino por nuestras cualidades personales y capacidades profesionales.
En lo que si coincido con Toledo, es que se trata de un gabinete sumiso y confrontacional, Velásquez, Pastor, Rey Rey y Nidia Vilchez, no están por que el presidente les tiene un alto afecto, está claro que hay una fuerte intencionalidad de hacerle frente a todo ataque político pre electoral y a toda acusación que se presente en el camino.
Los mencionados han demostrado con creces desde el parlamento y otros, desde otra cartera ministerial; ser fieles defensores del actual Jefe de Estado, preparados política y mediáticamente para cualquier situación adversa. Además, por poner sólo un ejemplo, no me imagino al chiclayano, contradecir un mandato presidencial del Jefe de su partido.
La postura del flamante Presidente del Consejo de Ministros, de simple coordinar para que las políticas plasmadas en el plan de gobierno se cumplan, alzando sólo la bandera del orden e inclusión. En esta época, el planteamiento de Velásquez resulta insuficiente y lo condena al rechazo popular, que ya se refleja en la encuesta efectuada por APOYO, el domingo último, que le dan sólo el 20% de aprobación.
En dicha medición, el público expresa que su gestión debería centrarse en la lucha contra la pobreza, la promoción de la inversión y el empleo, así como el control de la corrupción. Es decir un verdadero rol protagónico en la marcha del gobierno, pero Velásquez ya se ha encargado de decirle al país en todos los idiomas posibles, que pedirle eso, es como un sueño irrealizable.
* Licenciado en Ciencias de la Comunicación
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