Expresión de Juventud

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En una de mis actividades profesionales como comunicador organizacional, al servicio de mi país.

Friday, June 12, 2020

La Muerte… tan cercana y tan lejana




                          Por: César I. Falla Figueroa*


A partir de la presencia de la pandemia del Coronavirus, para el mundo y en especial para nosotros, los peruanos, la muerte es pan de cada día. Vemos y escuchamos a través de los medios de comunicación, noticias a diario cuya principal agenda informativa es la muerte, es el centro y tal vez lo más importante para ellos, difundir. Sin desconocer lo fatídico del virus, considero que esto forma parte de una estrategia mediática y política, ya que de esa manera nos contagian del terror necesario para confinarnos en nuestras casas y con ello la amenaza de la muerte garantizada.

El tema es que luego de estar viviendo un evento como este, la muerte se hace cercana y familiar y para unos y ajena y antipática para otros. Lo real es que nadie puede ser capaz de huir de ella; muchas veces te visita, se queda varios días coqueteando a tu lado y otros días te lleva. Según nuestra creencia occidental es difícil pensar que el ser humano pase a otra dimensión y que con ello iniciemos un segundo viaje, diferente a lo vivido en la tierra; acompañado de una dosis de incertidumbre y de misterio que puede interpretarse como angustia o tal vez como miedo.

Su antípoda es la creencia asiática, en la que la muerte está caracterizada por tener la carencia al miedo y que está asumida como parte del ser humano, como un proceso natural que pertenece al hombre tanto como la vida. Reza la filosofía china que cuando una persona nace, tiene vida y su camino se dirige a la muerte, una definición que va más orientada al alma, propia de su cultura.  Y con la cual me identifico plenamente.
Nuestro vínculo con la muerte se enlaza y agudiza más cuando parte un familiar cercano, ello se genera con el tiempo o como las circunstancias se presenten; muchos la vemos como parte de la vida y en la que queremos que nos encuentre en buenas o medianamente buenas condiciones emocionales para partir e ir al encuentro, casi mágico, de una madre o de un padre que ya no están, solo por poner un ejemplo.

La muerte cuando eres niño, adolescente o joven va teniendo diferentes apreciaciones y matices; según tus etapas, tus experiencias, la filosofía que vayas construyendo y la mirada que tengas; te hará necesariamente focalizarla desde la mirada que tengas de la vida, ello para mí es fundamental. Hay personas que están listas para partir, en gracia con Dios y sin deuda pendiente con nadie, son libres de cualquier sentimiento negativo que te resulte incómodo para desarrollar tu proceso. Ello creo te da una tranquilidad absoluta para cerrar tus ojos e ir al encuentro.

Ningún Dr. o Ph.D. especialista en antropología o tanatología nos ha podido conceptuar desde la experiencia fáctica – perceptual ¿Cómo es la muerte? Al parecer hasta hoy no hay una proyección fílmica de ella, y claro nunca la va a ver. Todo parece ser, que nos tendremos que conformar con la narración de quienes han tomado su vuelo y por razones quizá del destino, han vuelto a la tierra, lo que han visto estas personas ya es sabido por todos.

En lo particular, siento que la muerte es un encuentro con él ser que más amo en la tierra, a pesar que ya no está en ella. Por ello es que para mí la muerte es familiar. Reconozco que la postura de la muerte depende como se ha ido pintando tu vida y mucho tiene que ver de la conciencia que tengamos de ella, respecto al hecho que llegado el momento esto acabará. Y como la muerte es familiar por ende tiene una vibra positiva, siendo sincero espero que ese día no haya lugar para la tristeza sino para sentimientos agradables, que me recuerden con una sonrisa y que bajito, por respeto a los presentes, el día de mi velorio se escuche aquella melodía ochentera que tanto bien me hizo en la tierra.

Mientras tanto sigo disfrutando, a pesar de lo complejo que muchas veces resulta, de vivir y vivir con mucha intensidad. Dando todo en cada capítulo que me toca protagonizar o ser extra. Con el tiempo he internalizado la experiencia de agradecer a Dios por cada día que amanezco, como un tesoro, como tu tesoro más valioso y que tienes que aprovecharla para hacer el bien y cuando el todopoderoso te convoque a su reino, sientas la satisfacción de haber dejado una huella o sembrado una semilla para las generaciones venideras y como dice Julio Iglesias “Al final las obras quedan las gentes se van, otras que vienen las continuaran. La vida sigue igual”.


*Licenciado en Ciencias de la Comunicación
 Magister en Ciencias de la Educación
 www.cesarfalla.com





Esto es porque la muerte es parte del Yin y no es bueno 

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