Expresión de Juventud

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En una de mis actividades profesionales como comunicador organizacional, al servicio de mi país.

Wednesday, July 01, 2020

“Telmo”… La Historia de un Practicante en el Perú

Por: César I. Falla Figueroa (*)




Mi hermana, como siempre tan especial para enviarme “cosas” por el whatsapp me compartió un audio que consistía en el aparente diálogo de una jefa con su practicante, por lo cual la funcionaria de una empresa de la capital le replica a su practicante por lo que hizo o dejó de hacer en una tarea encomendada. Hecho que sea convertido en una telenovela en nuestro país y que nos deja varias reflexiones.

Cuando lo comencé a escuchar, automáticamente me trasladó a mi época de practicante y en la experiencia que también vivieron los amigos de mi generación. Mi paso por las prácticas pre profesionales no fueron fáciles, así como tampoco lo fue para la mayoría de los jóvenes de mi época.

La vida de un practicante en el Perú no es fácil y nunca ha sido fácil. Tiempo atrás no teníamos normas que nos protejan. A la par que aprendíamos “por así decirlo” en el centro de prácticas, trabajábamos duro sin remuneración alguna ni siquiera nos reconocían los pasajes y al final muchos teníamos que “rogar” nuestro certificado de prácticas, documento que presentaríamos a la universidad como parte de nuestro informe final.

En antaño, los practicantes brindaban (en su mayoría) lo mejor de su labor y el mayor de su empeño para hacer un buen papel en sus prácticas y eso le servía de trampolín para aportar y ocupar responsabilidades con éxito en el futuro, en su lugar de prácticas o en otro espacio laboral. En este tiempo,  se paga “derecho de piso” amigos; sufres, te frustras pero poco a poco vas obteniendo habilidades y experiencia valiosas, por tanto nuestra situación en la organización va mejorando.

La condición de un practicante en nuestro país, es clara, sen general es una persona que tiene muchas ganas de aprender todo lo que compete al área de su carrera profesional que ha optado por hacer sus prácticas, gana experiencia y está tras esa oportunidad de un trabajo acorde a sus expectativas y a lo que realmente le gusta.

El caso de “Telmo”, es un tema típico en las empresas, en donde las áreas de recursos humanos están abocadas a estar pendiente de las planillas y sobre todo de evaluar al personal bajo el criterio de su rendimiento y de los resultados que logra en bien de los intereses de la empresa y el factor humano queda de lado.

Un “Telmo” en el Perú, llega con mucho entusiasmo a su campo de acción pero con el paso del tiempo, se va desdibujando ese paraíso a lo que sus profesores en la universidad le decían era su centro de prácticas y ya en el lugar de los hechos, con las semanas,  se convertía para ese joven en un infierno.

En un mundo ejecutivo, en la que el tiempo se pasa muy rápido, en la que nadie tiene tiempo para enseñar a otros o a los que recién llegan a una organización y en la que seguramente, no somos capaces de valorar el recurso humano que tenemos al lado.

Hay que  generar una interacción por parte de todos los trabajadores con los practicantes; integrarlos a sus actividades, trabajar de la mano con ellos y algo fundamental, socializar el quehacer laborar con este grupo humano y buscar que ellos, en cierta forma, estén presentes en la toma de decisiones.

Las practicantes profesionales exigen mucha voluntad, empeño y dedicación. Hay la necesidad de asumir a estas prácticas con una escuela de vida. Se necesita tener mucha suerte en conseguir un jefe consciente de tus objetivos y de tus limitaciones.  

De la disciplina que le pongamos a esta etapa de nuestra vida, va ser determinante en nuestra futura vida laboral. Este principio, si queremos crecer, va tener que acompañarnos siempre en nuestro actuar y es importante, más allá de las prácticas es sustancial que desde niño se vaya cimentando este principio.

Es necesario que las organizaciones atiendan las propuestas de los practicantes, como parte de su Informe de Practicas, ello permitirá que la institución o la empresa planteen proyectos de implementación y/o de mejora para bien de la organización. Los practicantes son innovadores y buscan transformar para bien las organizaciones, de acuerdo a su cosmovisión de cada uno.

Alzar la voz a un joven que quiere consolidar su formación, es nocivo para la etapa en la que se encuentra. Reprimirlo de manera tan brusca por un hecho que no amerita tamaño llamado de atención, es imperdonable.

El jefe para una persona que está en periodo de formación tiene que comportarse a la altura de un líder, de un verdadero líder, y es la persona llamada a compartir su conocimiento y experiencia de la mejor manera posible haciendo uso de las habilidades blandas adecuadas, como: Comunicación, Empata e Inteligencia Emocional. Así como la Gestión de Conflicto, para evitar problemas como el revelado en las redes y entre todos los miembros de la organización.   

*Licenciado en Ciencias de la Comunicación
  Maestría en Ciencias de la Educación




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