Por:
César I. Falla Figueroa (*)
Como profesional en Ciencias de la Comunicación y como un enamorado de apreciar la comunicación de manera integral, en todas sus dimensiones; me permito compartir con ustedes algunos aportes que creo interesantes, respecto a un tema que está más orientado al campo biológico, pero encuentro factores comunes muy ligados con el campo comunicacional.
El concepto primigenio de
biocomunicación es la comunicación que se da entre humanos y animales o
plantas. En el mundo de la lingüística, la biocomunicación puede ser
considerada como una forma de semiótica (ciencias que estudia los signos que
permite la comunicación entre los individuos) y una subdisciplina de la teoría
semiótica.
El estudio semiótico de la
genética molecular, se puede considerar como un esfuerzo de biocomunicación en
su nivel más básico. La biocomunicación no solo puede informar a determinadas
células, también puede comunicarse con organismos completos, como por ejemplo se
da en la telepatía (consiste en la transmisión
de contenidos psíquicos, entre individuos, a través de la mente sin el uso de
agentes físicos conocidos).
La Biocomunicación se
utiliza para describir tipos más específicos de comunicación entre especie de
plantas, animales, fungi y microorganismos. La Biocomunicación de animales
puede incluir mecanismos como vocalizaciones (como entre especies de aves que
compiten), la producción de feromonas (como entre diferentes especies de
insectos), la comunicación mediada químicamente entre las plantas y dentro de
ellas, entre otras.
El ejemplo más emblemático
de biocomunicación entre personas y animales es brindado en la actualidad por
el loro de la logopeda Aimee Morgana. Luego de haberle enseñado a hablar como
si se tratara de un niño con problemas de habla o de un paciente que ha
padecido un ataque de apoplejía (Síndrome
neurológico de aparición brusca que comporta la suspensión de la actividad
cerebral y un cierto grado de parálisis muscular; es debido a un trastorno
vascular del cerebro, como una embolia, una hemorragia o una trombosis).
Por telepatía, el loro está
unido a ella, incluso cuando sale de la habitación en la que se encuentra el
loro. Todos los propietarios de animales de compañía saben que los gatos y los
perros tienen una forma especial de recibir a sus amos, no solo cuando saben la
hora que van a venir, sino que cuando llegan sin avisar o a horas no
acostumbradas.
Hay personas que tienen una maravillosa
relación con las plantas que cultivan y ellas se sienten agradecidas con ello,
generando un crecimiento sano y rico. Pero esta linda comunicación no solo se
limita con estos seres vivos, sino también se extiende a grandes superficies
agrícolas.
En este escenario existe lo
que es la biocomunicación emocional que es la capacidad que tenemos los seres
humanos para escuchar nuestro cuerpo y comunicarnos con él. Cuando el cuerpo
habla y no se le escucha por falta de tiempo, entonces no se calla y grita expresando:
“ya no soporto más”, es importante que aprendamos a entender el lenguaje del
cuerpo.
Hay que precisar que cuando
somos adultos ya no crecemos físicamente, entonces empieza a crecer el alma.
Por ende, en esta etapa de nuestra vida la mayoría de dolores y enfermedades
tienen un componente emocional.
Cuando aprendemos a
relajarnos, a escucharnos, a darnos lo que realmente necesitamos. Cuando nos
permitimos crear, dar lo que quieras dar, curar las heridas y todo empieza a
saborearse de manera distinta, ya que si realizamos un giro en nuestra vida,
cambiaremos la forma de relacionarnos con el mundo.
La visión de la vida se
amplía, nuevas perspectivas aparecen y nuevas ilusiones traen mayor energía. Es
fenomenal escucharnos, tenemos que querernos, tenemos que ser conscientes de
las necesidades de todo nuestro ser.
Instaurar una
biocomunicación consistente en la utilización plena de la mente, libre de
pensamiento de todo tipo. Hay que iniciar con un proceso que sosiega la tensión
física permitiendo fluir la respiración. En este tema puedo distinguir dos
planes diferentes: el primero, el físico sustentado en el cuerpo y el segundo,
la percepción sensorial. Y otro, un campo en el que se integra la comunicación
entre esos planos y el ser humano y viceversa.
Según testimonios de
personas que han llegado a estos niveles, la sociedad les resulta hostil,
expresada a través de los medios de comunicación que lamentablemente traen principalmente
violencia, corrupción, deshonestidad, manipulación, entre otros aspectos
negativos.
Todo ello no le afecta a
este tipo de personas. Esto pasa cuando se capta la información sin implicarse
emocionalmente. Solo importa desarrollar la compasión y la afectividad puesto
que nos transportan a un estado de bienestar, al que todo ser humano tendría
que aspirar.
Ya en la parte final de este
artículo, a modo de aporte, sugiero a las universidades por medio de sus
facultades y escuelas de ciencias de la comunicación; promover la biocomunicación
a manera de talleres y mejor aún de conferencias, con el apoyo de profesionales
de la biología, la zoología, la antropología, la comunicación, entre otros.
*Licenciado
en Ciencias de la Comunicación
Magister en Ciencias de la Educación
www.cesarfalla.com
Puedes ver este artículo en: https://tugaceta.com/la-biocomunicacion-una-oportunidad-para-conectarnos-mejor/
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