Por:
César I. Falla Figueroa (*)
Hablar de Radio Capital es
hablar de Carlos Galdós, pero a pesar de ello haré un esfuerzo por centrarme en
lo que significó Capital para los peruanos más allá de Galdós, hecho que será
muy difícil pero como el mismo personaje lo dice, será un esfuerzo “retador”.
Recordaré a Radio Capital
como aquel medio de comunicación que nos enseñó, y no es trillado decirlo, que
la opinión de nuestro pueblo importaba; abrió sinceramente los micrófonos a los
peruanos para que nos manifestemos, con sustento o no, equivocados o no. En
Capital se rendía homenaje a la libertad de expresión.
Era una radioemisora de
corte popular, con un lenguaje sencillo, con contenido de carácter familiar y con
una actitud cercana a la gran mayoría de peruanos. Es atípico el caso de
Capital, puesto que siendo su naturaleza orientada a los niveles C y D, al menos eso es lo que pude advertir
desde mi óptica profesional, se llegó a meter al corazón de casi todos los nacidos
en esta tierra.
Pero a pesar de su sello
popular, de su espíritu limeño y de la limitada exigencia del nivel
socio-económico al cual iba dirigido, esta radioemisora supo constituirse sin
perder su esencia (al contrario creo que la fortaleció), en un medio de
comunicación de ilustración para la sociedad peruana.
Fue un espacio en el cual se
habló de historia con Aldo Mariátegui, de Política con Jesús Miguel Calderón y
con Phillip Butters (en su momento), de Fútbol con Alan Diez, de Folclore con
María Jesús Rodríguez, de la Familia con Jesús Alzamora (Padre), de la Mujer
con Laura Borlini, de Tecnología con Jesús Veliz, de Extraterrestres con Antony
Choy, de Consejería Personal con Mónica Cabrejos, de Psicología y Sociedad con
Carlos Galdós, entre otros.
Capital fue toda una revista
radial que acogió “a todas las sangres”, que cooperó a que la radio se mantenga
y se afiance como un medio cercano a la gente. Que dio cátedra de variedad
informativa; con agilidad, con dinamismo, con versatilidad y sobre todo con
empatía, identificando los temas de interés de la gente; sin perder su
compromiso natural de enriquecer con contenidos prácticos a su audiencia.
Desde mi perspectiva, Carlos
Galdós fue el emblema de Capital ya que trascendió por el simple hecho de que a
su propuesta comunicacional, le añadió el factor entretenimiento que hacía de
su programa, un producto genial; compartiendo día a día con sus invitados sobre
lo maravilloso de la complejidad del ser humano, siempre dejándonos algo por
mejorar como persona.
Muchas veces, Galdós
terminaba siendo el hermano, el tío o el amigo, que nos faltaba en ese momento
crítico de nuestra vida. En su programa, tenías la oportunidad de dialogar con
él y con sus invitados y juntos llegar a
conclusiones interesantes, que te podrían servir en la solución de los problemas
que estabas atravesando. Ello era parte de la magia de la radio.
La huella de Capital y en
especial de Galdós, quedará en el alma de los peruanos. Para ser sincero no sé,
ni me interesa saber, si el rating le ha sonreído a Capital. Pero sí, tengo que
decir que pocas veces en el país, ha existido un medio de comunicación que haya
cultivado tanto éxito; por el resaltante trabajo informativo y por ende, por lo
que dejó en el pueblo peruano.
Esta radioemisora, es un
ejemplo de que en el Perú si se puede desarrollar un espacio que promueva
bienestar a la sociedad, manteniéndose a tono con la época actual sin que le resulte
ajeno o tal vez algo extraño para el difícil mercado juvenil. Capital logró,
gracias a Galdós, a Borlini, a Cabrejos y gracias a tantos otros, a ese público
duro, tenerlo como aliado de su quehacer informativo y dialógico.
Capital, debe ser materia de
estudio en las facultades y escuelas de ciencias de la comunicación de las
universidades del Perú. Sería lindo someterla a una análisis académico –
riguroso, respecto a la manera de cómo fue evolucionando esta radio escuela, a
lo largo de estos 12 años al servicio de los peruanos; a manera de charlas y
talleres que nos arriben a tareas concretar por resolver y por supuesto
mejorar.
Si hubo buena vibra en su
producción y en la exposición de sus contenidos; esa buena vibra se reflejó
hasta su final, el pasado 27 de julio. Tuvo un viaje a la eternidad, digno y
consecuente, en la justa medida de lo que fue su trajín comunicativo. Los que
estamos en la onda, del análisis y la reflexión social, cultural y política;
jamás olvidaremos la presencia de esta radio bicolor entre nosotros.
Esperemos de corazón, que
vengan más radioemisoras como Capital y más comunicadores como Galdós; para bien
de esta población que necesita de una comunicación social que nos imprima
esperanza y optimismo, que nos llene de energía para dar un paso adelante en
nuestra existencia, que nos contagie de amor para amarnos nosotros mismos y
amar a la vida en su amplia dimensión y que nos mueva para no darnos por
vencido en medio de esta pandemia.
Gracias Radio Capital, por
haber latido en nuestro medio. Hiciste historia, marcaste un hito importante en
la radiodifusión de nuestro país. Te escapaste, cuando quisiste de Lima que era
tu ciudad de origen y a la cual estaba volcada tu labor; para llegar a la vida
de los arequipeños, cuzqueños, loretanos, ancashinos, tumbesinos y
lambayecanos, solo por mencionar algunos departamentos. ¡Hasta Siempre,
Capital!
*Licenciado
en Ciencias de la Comunicación
Magister en Ciencias de la Educación
www.cesarfalla.com
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