Por: César Ismael Falla Figueroa*
Ya casi al cumplir cerca de
60 días de la Cuarentena, motivada por la pandemia del Coronavirus y dada la
situación de buena parte de los peruanos, que ha hecho que los pobres se
vuelvan más pobres, el sistema educativo casi se vea paralizado; en donde la
educación en los medios aún está en pañales, la producción nacional se venga
abajo y que una cantidad apreciable de pequeñas y medianas empresas quiebren, así
como la aparición de despidos laborales, además de considerar que esta
Cuarentena se haya visto ampliada hasta el próximo 24 de mayo, con la
posibilidad que se amplíe en un plazo mayor.
Como conversaba hace poco con
una distinguida amiga, por encima de nuestros pareceres y nuestra perspectiva
de acuerdo al nivel socioeconómico – laboral en la que nos encontremos, hay un
factor común… “el cuidado”, puesto que estamos frente a un virus que ha puesto
en vilo al mundo y que requiere de una actitud positiva y disciplinada para la
prevención que exige esta pandemia.
La decisión del Presidente
Martín Vizcarra; de mantenernos en nuestras casas, con inmovilización social obligatoria
a partir de las 4:00 p.m. para algunos departamentos del país y a las 6:00 para
la mayoría de ellos, ha traído una debacle en la economía nacional, trayendo
consigo miseria y desolación. Da la impresión que los más débiles van a morir
no de Coronavirus, sino de hambre.
La política de canastas para
proporcionar a los más necesitados, utilizando a los municipios para que haga
efectiva la entrega, no ha llegado a todos los que realmente les urgía. Por el
contrario, la gestión se ha visto envuelta en presuntos casos de corrupción y
de otro lado, de poca eficacia para la entrega de este beneficio,
visualizándose en los medios de comunicación protestas de la ciudadanía por
todas partes.
En otra orilla, está la
entrega de los bonos en la que hay un sector de peruanos que aún no ha recibido
este otro beneficio y que muy probablemente una parte de ellos nunca reciba. Y
esto hace que traigamos a la memoria las notorias deficiencias que tuvo el
censo nacional del 2017, estoy seguro que mucho de los problemas que se ha
tenido para identificar la condición social y económica de nuestra población,
ha sido resultado de esos pasivos.
Sr. Presidente Vizcarra, el
pueblo con bajos recursos necesita trabajar. Sobre ese principio, se debió
desde un inicio desarrollar una labor de concientización y sensibilización
respecto a cómo afrontar de la mejor manera esta pandemia, sin perjudicar la endeble
economía de los que menos tiene. El Gobierno tiene sus espacios de
comunicación: la Presidencia de la República, la Presidencia del Consejo de
Ministros, el Ministerio de Salud, el Ministerio de Educación así como todos y
cada uno de los ministerios con sus respectivos organismos descentralizados
tienen gerencias, jefaturas, unidades y herramientas de comunicación para
informar y orientar todo lo concerniente a este virus, dependiendo de los
sectores a los cuales se dirija. Para que el pueblo, internalice el significado
integral de este virus y tome acciones al respecto, de manera responsable,
pensando en su familia y en las otras familias, apelando a la empatía,
tolerancia y comprensión del problema que atravesamos. Y no optar por la
represión de la policía y las fuerzas armadas, que lo que hacen es cumplir
órdenes, y han tratado de hacer de la mejor forma posible su trabajo; pero, en
honor a la verdad, nos han hecho sentir a muchos compatriotas como si
estuviéramos en sociedades cavernícolas en donde predomina la fuerza por encima
de la razón y las formas civilizadas.
A pesar de todo lo que se ha
podido perder, a partir del 25 de mayo se puede lograr lo que modestamente manifiesto
líneas arriba, con lo que queda de nuestro país. Pero lo cierto es que el viernes
último el Sr. Presidente Martín Vizcarra pudo apelar al civismo de la gente y
no lo hizo. Países como México, Costa Rica, Nicaragua, Cuba y Venezuela, solo
por señalar unos ejemplos cercanos, apostaron por ello y sus indicadores de
contagio y muerte son menores a comparación de nuestro país.
Entendiendo al Civismo, como
las pautas mínimas de comportamiento social que nos permiten vivir en comunidad,
basado en el respeto hacia el prójimo, el cuidado de la naturaleza,
fundamentado ello en una buena educación y el estricto cumplimiento de las
normas de urbanidad. Soy consciente que nuestra patria no es el lugar indicado
en donde se cultiven normas de convivencia, comportamientos correctos, respeto
por los demás; pero el presente escenario era y sigue siendo un desafío para
quien tiene la más alta responsabilidad en una nación. Un líder de un país
tiene que estar preparado para afrontar estas circunstancias. La pelota, sigue
estando en su cancha.
*Licenciado
en Ciencias de la Comunicación
Magister en Ciencias de la Educación
www.cesarfalla.com
Puedes ver este artículo en: https://cesarfallafigueroa.blogspot.com/2020/05/sr-presidente-vizcarra-abramos-paso-al.html
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