Por:
César I. Falla Figueroa*
Cuando me enteré del
compromiso de varias empresas periodísticas para impulsar el programa educativo
del ministerio del sector tras el brote del coronavirus, a fin de que los pequeños
de la casa puedan a nivel nacional recibir sus clases escolares vía online; pensé
en positivo, consideré que esto marcaría una revolución en los medios de
comunicación y esto lo expreso desde los medios específicamente de la televisión
y no desde el Ministerio de Educación, que sería materia de un artículo aparte,
ni mucho menos desde los pequeños, a los cuales hay que ayudar a salir adelante
en este momento.
La presencia de personas del
espectáculo, que carecen de formación educativa o comunicacional en la
conducción de este tipo de programas, lo califico como un error que retrasa los
propósitos loables de esta iniciativa mediática. Puesto que para conducir un
programa comunicativo exige una preparación académica en comunicación y/o
periodismo y si está ligada al campo educativo, mucho mejor, es lo responsable.
Iniciativas trascendentes
como lo es “Aprendo en Casa”, deben ser diseñadas y elaboradas desde el terreno
de la educación y la comunicación y me estoy refiriendo estrictamente a un
campo que cada día cobra mayor importancia como lo es la educomunicación,
escenario que propone una intervención de líneas básicas como: la educación en
los medios, uso de los mismos en la educación; como: producción de contenidos
educativos, gestión democrática de los medios, entre otros aspectos.
En un producto educativo
dirigido a niños y adolescentes como es el que es materia de esta reflexión, los
contenidos tienen que ser muy bien estructurados, planificados y ejecutados. Para
ello se requiere competencias pedagógicas, como son: las metodologías y estrategias
didácticas para favorecer un aprendizaje significativo, y comunicativas, como
son: la aplicación de los diversos lenguajes utilizados para los medios.
La alternativa de solución
por parte de los “productores” de este programa de incluir la participación de
especialistas en educación para desarrollar temas puntuales, no es suficiente.
“Aprendo en Casa”, tiene que ser de principio a fin, resultado de un esfuerzo interdisciplinario,
creativo y empático para hacer que el alumno que está frente a la pantalla
aprenda y pase un momento placentero que es como debería de vivirlo en su
propia aula. En donde cada grado y nivel escolar, tengan sus propios contenidos
bien clasificados y marcados.
La asistencia de los padres
de familia, en esta tarea es complementaria, pero bajo ningún concepto los
progenitores deberían reemplazar a la figura del docente, ello sería peligroso
para su real formación escolar de los menores del hogar; los padres pueden
darle amor, comprensión y paciencia pero no el rigor docente que es lo adecuado
para este tipo de prácticas de enseñanza – aprendizaje.
La aparición de personas que
nada tiene que ver con procesos educativos y/o comunicacionales ni mucho menos
periodísticos en la conducción de estos emprendimientos; caen en
sobreactuaciones, contenidos casi vacíos, improvisaciones y carentes de
metodologías de enseñanza que, como en el aula, tienen que ponerse de
manifiesto en esta loable acción. El factor rating no tiene espacio, en la
medición de los programas de cara a los alumnos. Pensar en ello, sería
irresponsable y fuera de todo juicio. Tenemos que centrar nuestro trabajo en
que el niño y adolescente capte nuestra atención, interactúe con la pantalla y
finalmente aprenda.
El trabajo del Instituto de
Radio y Televisión del Perú (IRTP), está obligado a ser un ejemplo de cómo
tiene que llevarse un proceso revolucionario de esta naturaleza. Tiene que ser
el programa educativo a seguir por los demás medios del país, puesto que es la
plataforma oficial del Estado y la que llega a todos los rincones de la patria.
El Ministerio de Educación que es quien dirige esta entidad, cuenta con
asesores, eso creo, que pueden contribuir con ideas, propuestas y planes que
pueden hacer del programa, una práctica exitosa y que puede seguir mejorando e
implementando en el hoy y en el mañana.
La Sociedad de Radio y
Televisión del Perú tiene que repensar su apuesta educativa. No significa
colaborar por colaborar con un aporte y con eso ya es más que suficiente, sino
que esta tiene que desarrollarse de la mejor manera posible, porque lo que está
en juego es la educación del presente y futuro del país. Los broadcasters saben
que tienen en sus manos, el que debería ser su proyecto más ambicioso de
responsabilidad social, que es la educación de los peruanos.
Por lo demás, más allá de
esta propuesta mediática, saludo y felicito el trabajo de cada uno de los
profesores que realizan con mucho empeño y sacrificio de la mano de sus alumnos,
por desarrollar la educación a distancia que esta época de crisis exige. Veo
con mucho agrado; su creatividad, su metodología y su capacidad para
introducirse en un personaje reconocido por sus alumnos para llegar de manera
eficaz a ellos. Querido lector, en esta actividad, estamos frente a un acto de
amor de los docentes para con su profesión en el fiel cumplimiento de su deber
y ante un gesto maravilloso de entrega a la formación de sus discípulos.
*
Licenciado en Ciencias de la Comunicación
Magister en Ciencias de la Educación
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