Jornada de la comunicación, todo un simbolo de cristiandad
La Jornada Mundial de la Comunicación Social, es un trascendental evento, instituido desde 1967 por voluntad del Concilio Vaticano segundo. Sus objetivos son: la formación de las conciencias frente a las responsabilidades que conciernen a cada individuo, grupo o sociedad, en su condición de usuarios de estos medios, la invitación dirigida a los creyentes, a rezar para que dichos espacios de comunicación sean empleados conforme al diseño de Dios sobre la humanidad; el estímulo dado a los católicos para sostener con su generosidad, en un gasto de solidaridad de toda la comunidad eclesial, los gastos que amerita el empleo de los medios en la evangelización y el progreso de los pueblos y subrayar la labor de quienes trabajan en este ámbito.
Precisamente, el 24 de mayo se celebró la 43 ava Jornada Mundial de las Comunicaciones, el tema que escogió el Papa Benedicto 16 fue: “Nuevas Tecnologías, nuevas relaciones. Promover una cultura de respeto, de diálogo y de amistad”. El Papa en su mensaje resalta como los jóvenes han advertido del enorme potencial de los nuevos medios para viabilizar la conexión, de comunicación y la comprensión entre las personas y las comunidades, y los utilizan para entablar contacto con sus amigos, para encontrar nuevas amistades y redes, para buscar información y noticias, para compartir sus ideas y opiniones.
Asimismo, el pontífice destaca que esta nueva cultura de comunicación, permite a la sociedad que las familias pueden permanecer en contacto a pesar de que sus miembros estén distintos lugares, los estudiantes e investigadores tienen acceso más fácil e inmediato a documentos, fuentes y descubrimientos científicos, dando la posibilidad de trabajar en equipo, desde diversos lugares; además de la naturaleza interactiva de los nuevos medios que facilitan formas más dinámicas de aprendizaje y de comunicación que aportan al progreso social.
Benedicto XVI, aprovecho la oportunidad para instar a quienes laboran en el área de producción y difusión de contenidos a respetar la dignidad y el valor de la persona. Obra que hoy, sobre todo en el departamento donde vivimos se ha visto violentada por la falta de conciencia ciudadana, por la falta de sensibilidad social y la escasa formación de quienes dirigen los medios locales.
El Santo Padre, planteó varias situaciones, entre ellas tenemos: referida, desde el punto de vista ético y moral, respecto al modelo de comunicación que propician las nuevas tecnologías, destacando aspectos positivos para la sociedad y su desarrollo. Por otro lado, advirtiendo el uso inadecuado de estas tecnologías, que muchas veces son utilizados para degradar al género humano. En este nuevo modelo, los adolescentes y jóvenes tienen libertad para manifestar sus ideas e intereses, estableciendo redes sociales, hasta generar en ellos una nueva pertenencia y ciudadanía en el ámbito digital, que avanza en la medida que esta posibilidad se refleje en la vida diaria.
Como este tema, tiene como centro a los jóvenes; los padres y educadores tienen una labor vital en su adecuada formación moral y académica que encamine de modo correcto el uso de las nuevas tecnologías; internet y los medios de comunicación en general. La iglesia, insta a aprovechar el abanico de oportunidades que nos da la Internet, en cuanto a sus enormes potencialidades para la misión predicadora.
El trabajo de los actores del mundo digital, no está de espaldas a la crisis económica que padecemos y que afecta a los grupos sociales más vulnerables, los medios deben fomentar una cultura de solidaridad siempre necesaria, ya que nadie está libre de ella, siendo los periodistas españoles, el sector más afectado (miles se han quedado sin empleo); hay que fomentar en la sociedad actitudes de superación, laboriosidad, sobriedad y generosidad con los más pobres. Los periodistas que dirigen los medios deben reconciliarse con su genuino papel de servicio al bien común y a la ciudadanía quienes los legitiman. Debemos comprometernos a la noble tarea de impulsar los grandes procesos de cambio que encaminan a la colectividad por el sendero del bien.
Lo que se quiere en esta Jornada es animar a los comunicadores cristianos a continuar en la tarea de lograr un mayor espacio para los medios de comunicación y un mayor espacio para Dios en los medios.
El mensaje papal para esta jornada nos dice que el corazón humano anhela un mundo en el que reine el amor donde se edifique la unidad, donde la libertad encuentre su propio sentido en la verdad.
En esta edición sobresale el mensaje positivo de las comunicaciones sociales, el cuál plantea a los jóvenes evangelizar con la fuerza de su testimonio de vida a los demás. Para Benedicto XVI el crecimiento vertiginoso de las nuevas tecnologías de la comunicación, son el resultado de una manifestación del profundo anhelo que tiene el ser humano de entrar en relación con sus semejantes. El Papa pone énfasis en el enfoque positivo de las nuevas tecnologías como plataforma al servicio de la verdad y la dignidad humana. La máxima autoridad de la Iglesia Católica, inculca a los fieles a evitar compartir en estos espacios, palabras e imágenes degradantes para el ser humano y excluir lo que exacerba el odio y la intolerancia.
Se concibe a estas nuevas tecnologías como expresión del amor, comunicativo y unificador de Dios, que quiere de toda la humanidad se constituya en una sola familia.
Pero habría que tener en cuenta que si este deseo atrapa por completo la vida del ser humano, la persona termina aislándose del mundo real, alterando su propia vida personal, como su reposo, su tiempo de conversación y de reflexión para un desarrollo saludable.
El enfoque del Santo Padre va orientado también a la calidad de los contenidos que se difunden, siendo estos depositarios de los valores supremos de la sociedad.
El mensaje de la Jornada de la Comunicación versión 2009, alienta el surgimiento de las redes digitales al servicio de la solidaridad humana, la paz y la justicia, los derechos humanos, el respeto por la vida y el bien de la creación.
Es capital que estos mecanismos de comunicación, estén al servicio de las grandes mayorías y no permitamos ampliar la tirana brecha social, entre ricos y pobres, muy por el contrario es una gran oportunidad para acrecentar la socialización entre los seres humanos y lograr que también los de bajos recursos alcancen niveles de desarrollo que les permita mejorar su condición de vida.
Frente a ello, se presenta un desafío para los comunicadores católicos de formar parte activa de estos procesos e involucrarse en este trabajo apostólico postmoderno, sembrando fe y esperanza en los corazones carentes de estos sublimes sentimientos.
Los periodistas jóvenes del planeta, están llamados a cultivar un ambiente de valores que apunte al bienestar y desarrollo de la humanidad.
* Licenciado en Ciencias de la Comunicación
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