Por : (*) César Falla Figueroa
En tiempos de reciente fiesta nacional, la oportunidad es más que propicia para reflexionar sobre un organismo automarginado de la agenda pública y devaluado en su desempeño, afirmo lo dicho ya que este ha pasado del encanto que trae su puesta en marcha al terreno de la intrascendencia por su propia inacción ya culminado el mandato toledista, me refiero al Consejo Nacional de la Juventud.
Desde mi condición de ciudadano, créanme que me cuesta decir lo expuesto, pero es la realidad. Frente a este desalentador panorama es clave plantear una serie de retos que nos da la oportunidad de enrumbarnos con firmeza y con el compromiso siempre necesario hacia el cambio, cambio que marcará el destino de los jóvenes del Perú, tantas veces utilizados y postergados pero también tantas veces solicitados al momento de emprender las grandes transformaciones.
Nada en la vida es fácil y mucho menos el resolver una tarea de tal magnitud como lo es relanzar a una organización direccionada a encarar un tema tan complejo como es el desarrollo de la juventud. Pero es necesario asumir este cometido, comenzando por lo siguiente:
PRIMERO: Con total certeza se dice que en una institución o empresa lo esencial es su recurso humano y ahí es donde quiero ir, el CONAJU urge de una renovación de sus autoridades y del personal que labora en el, los resultados están a la vista y lo que se alcanzado hasta el momento es muy pobre en casi cinco años de funcionamiento. Respecto a ello, brindo
un aporte, el presidente del CONAJU tiene que ser una persona profesional, líder, ejecutiva, prospectiva, con solvencia moral, con un vasto conocimiento y experiencia en gestión pública, que nos situé con absoluta claridad en el presente, que tenga una clara visión de futuro, sepa bien hacia donde debe ir la juventud en los próximos veinte años, teniendo muy en cuenta que el mañana está en nuestras manos.
SEGUNDO: Los lineamientos de Política Nacional de Juventud traducido en el Plan Nacional de Juventud, es uno de estos valiosos estudios que se puede simbolizar como uno de los objetivos cumplidos del Consejo Nacional de la Juventud, del cual reconozco y aplaudo, pero que debería focalizarse en tres propósitos básicos: Promover la participación de los jóvenes en el fortalecimiento del sistema democrático (a través del impulso al proceso de participación ciudadana y política), incentivar el empleo digno y las capacidades de los jóvenes (por medio de órganos estatales como: COFIDE, Banco de la Nación y el Programa PRO JOVEN y con la participación de los organismos multilaterales) y asegurar una educación de calidad para la ciudadanía y la inclusión (esto tiene que ver con el cumplimiento de los planes educativos trabajados en los tres últimos años, la reforma universitaria y una atención muy especial a la población joven rural y campesina).
TERCERO: Llevar a cabo de manera descentralizada tanto en el departamento, provincias y distritos, talleres de trabajo en la que se ilustre a la sociedad joven sobre ¿Qué es el CONAJU?, ¿Sus funciones?, ¿Quiénes lo conforman?, entre otros aspectos y en ellos recoger inquietudes e iniciativas de parte de los participantes, contribuyendo a diseñar, enriquecer y replantear el quehacer de este espacio.
CUARTO: CONAJU como instancia llamada a velar por el bienestar y desarrollo de la juventud, tiene el imperioso deber de organizar Escuelas de Formación Ciudadana y Política, a fin de motivar, una real actuación cívica en la población joven del Perú y de propiciar una cultura política, generando cuadros para así garantizar, cálculo en veinte años, una comunidad política con identidad patriótica, con un aceptable nivel cultural y sobre todo con una acentuada conciencia cívica que responda a los desafíos del siglo XXI y de la era globalizadora.
QUINTO: Es oportuno que el CONAJU tenga una política dialogante, de convocatoria, de consensos y dentro de esa perspectiva bien puede encajar la realización de reuniones con organizaciones juveniles y jóvenes de a pie (empeñados en hacer algo por su país), en donde de manera transparente, enfática y sincera se converse sobre la situación de los grupos juveniles, el nivel de participación de los jóvenes en estos colectivos sociales y vida cotidiana, con el propósito de construir una agenda social por los jóvenes del Perú. Foros en los que no debe haber lugar para las exclusiones.
SEXTO: Creo conveniente que este consejo debe adoptar como modo de actuación el trabajar bajo una óptica social más que política, a fin de no tergiversar las tratativas y conceptos expuestos en diálogos y en las acciones mismas que esta institución sostenga, si no miremos el fracaso de las agrupaciones juveniles dentro de los partidos políticos, menos del 20% milita en ellos, sin resonancia alguna, según los estudios realizados nos da la lectura que el ejercicio cívico debe ser un paso previo al ejercicio político, esto en caso de los jóvenes por las situaciones que lo rodea, los ámbitos de desarrollo, las formas de pensar y las perspectivas que estas tienen.
SETIMO: Un tema clave que propongo es la instalación de oficinas descentralizadas en cada departamento del país (con el apoyo de los gobiernos regionales y locales) para tender a la población joven de la zona, escuchar sus necesidades y rescatar sus planteamientos, es en estas oficinas donde se requiere la participación de jóvenes voluntarios que pueden ser estudiantes de superior, jóvenes con ganas de hacer historia y así los haremos sentir parte de esta significativa etapa.
OCTAVO: Una medida sustancial que se puede considerar es afianzar la coordinación interministerial entre los despachos de Salud, Educación, Trabajo, Producción, de la Mujer y Desarrollo Social y Relaciones Exteriores, con la finalidad de ejecutar una actividad articulada en bien del progreso de estos sectores en materia de juventud, desplegando una reconfortante cooperación a la labor que emprende CONAJU y viceversa.
NOVENO: Un paso fundamental que debe dar CONAJU, en serio, es de estrechar lazos institucionales con el Congreso de la República, específicamente con la Comisión de Juventud y Deporte, con el ánimo de aunar esfuerzos en lo que concierne a la elaboración de iniciativas legislativas y en sí a todo lo que compete a producción legislativa, ello suscitará, sin duda alguna, un mayor interés de parte de los parlamentarios hacia este tópico. El Parlamento Nacional debe ser un ámbito en el que se puede tratar, debatir, concertar y normar sobre puntos enormemente sensibles para los jóvenes como salud, educación, cultura, trabajo y desarrollo social.
DECIMO : Es menester que el presupuesto destinado al CONAJU sea orientado en su mayoría al funcionamiento eficaz de esta entidad estatal y no lo contrario, tal como se registró en los años que tiene de fundado. Este acto debe ir acompañado de una rigurosa racionalización en el gasto, evitando los excesos.
Ojalá que estas pautas estén insertadas en la mente del doctor García y de los colaboradores del CONAJU. Es vital que el presidente de la república se pronuncie y actué con respecto a lo tratado. Lo expuesto para serles sincero, pretende ser las líneas maestras del histórico proceso de Reforma a echar andar.
(*) Comunicador Social
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