Por: César I. Falla Figueroa*
A inicios de diciembre de
este año, fuimos testigos de una triste noticia para nuestro país, una vez más el
informe de la evaluación PISA 2012 nos era adverso, ubicando al Perú en el
último lugar; en competencia de lectura, matemáticas y ciencias naturales. Un
resultado que se repite y me resisto a pensar que nos hayamos acostumbrado a recibir
este tipo de malas noticias. Este informe, nos pone en el lugar donde realmente
estamos, en el sub desarrollo y no en esa vil mentira que quieren hacernos
creer, que somos una nación en vías de desarrollo.
Para dar pasos adelante,
tenemos que ser conscientes de la realidad en la que nos encontramos; solo así
podemos tomarnos en serio, el resolver el delicado problema que tenemos encima
y así poder asumir la gran obra que tenemos por construir. El Informe PISA
(Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes) que traducido al
inglés es: Program for International Student Assessment, está focalizado en el
análisis del rendimiento de los estudiantes, a partir de exámenes que se
realizan cada tres años en varios países; con el objetivo de definir la
valoración internacional de los alumnos.
Este informe es efectuado
por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que
promueve políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas
alrededor del planeta. Esta entidad, se encarga de la realización de pruebas
estandarizadas a estudiantes de 15 y 16 años. En esta oportunidad, se aplicó a
más de medio millón de estudiantes en el que resolvieron un examen de dos horas
de duración, los adolescentes llegaron de 65 países, que representan el 80% de
la economía mundial. Las naciones que lograron los primeros lugares, fueron:
Shanghái (613 puntos), Singapur (573 puntos), Hong Kong (561 puntos), Taipéi
(560 puntos) y Corea del Sur (554 puntos). Por coincidencia, las economías del
este, a las que pertenecen estos países tienen un mejor rendimiento, que el
resto del globo. Cuya población, tiene como filosofía de vida criar a sus
hijos, pensando que la educación es lo más importante.
Hace poco, por un canal de
televisión internacional, el director delegado en la Tsinghua University High
School en Pekín, Jiang Xueqin; expresó que el sistema educativo de este país,
invierte en el personal inmerso en este sector, brindándoles entrenamientos y
una alta remuneración. Manifestó que se preocupan por que sus profesores tengan
oportunidades de viajar al exterior y aprendan de los mejores educadores. Jiang
Xueqin, señaló que el éxito de la educación en Shanghái, es consecuencia de una
cultura que pone en primer lugar los logros académicos, más allá de cualquier
otra actividad. Este resultado se sustenta en el compromiso que tienen los
educandos con el estudio; así como el de los padres, en garantizar que sus niños,
sobresalgan en el aspecto académico. Mientras que en los últimos lugares, se
encuentran: Costa Rica (407 puntos), Brasil (391 puntos), Argentina (388
puntos), Colombia (376 puntos) y Perú (368 puntos). La realidad de los cuatro
últimos países por coincidencia es aún con varios espacios de pobreza,
desigualdad y desintegración. Pero de forma contradictoria, estos países tienen
una inversión en educación menor; a comparación de las sociedades desarrolladas
como las asiáticas. En nuestra región latinoamericana, se incrementa la
violencia en los hogares y los padres tienen un menor nivel educativo; ello
contribuye a que este sector sea deficiente y este menoscabado. Por ello los vergonzosos
resultados que se han dado.
Pero no nos quedemos ahí, en
la tragedia y en el lamento; en el mar de lágrimas en el que podemos caer los
que realmente amamos al Perú, hay que actuar y comenzar a sentar las bases de
un verdadero cambio desde hoy y para ello se necesita un gran acuerdo nacional
por la educación, por parte del gobierno representado por el ministerio de
educación, las gerencias regionales de educación, las unidades de gestión
educativa local, los colegios, las universidades, los docentes, los universitarios,
los alumnos, las empresas, los medios de comunicación y las familias; que
pongan su mayor esfuerzo por empujar el carro en un solo sentido. Mejorar la
educación, es tarea de todos. Necesitamos una labor a largo plazo, con
políticas educativas claras, estables y coherentes con nuestra actual situación
y dotadas de los recursos suficientes que nos permita caminar sin mayores
dificultades. Es preciso mencionar que en América Latina se ha elevado el gasto
público en relación al Producto Bruto Interno (PBI), durante la última década,
pero aún el gasto por alumno es bajo y hay recursos que se utilizan con escasa
eficiencia, hecho que debería indignarnos y poner la sociedad civil, su voz en
alto; ya que es un problema de antaño.
Es fundamental que ningún niño
se quede sin estudiar o que se retire antes de culminar su secundaria, por
diversas razones. Además de evaluar de forma constante los resultados del
desempeño académico y corregir donde existen desperfectos. Hay que afianzar los
mecanismos de motivación a los alumnos y a los profesores, que son la piedra
angular de todo este proceso. Así mismo, elevar los estándares y las
exigencias, con una adecuada rendición de cuentas, generar acciones de
vigilancia por parte de la comunidad y generar redes de apoyo para las
escuelas, en especial a los centros educativos que más lo necesitan. Para
finalizar les deseo una ¡Feliz Navidad!, en compañía de sus seres queridos.
*Licenciado en
Ciencias de la Comunicación
Email: cfallafigueroa@hotmail.com
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