Por: (*) César Falla Figueroa
En el Perú, hay un espacio pequeño pero significativo empeñado seria y responsablemente en combatir la pobreza. Problema social materia de diagnósticos y programas muy analizados, tratados y discutidos pero poco ejecutados. Para ello es necesario la intervención directa de la sociedad civil en su acción y del Estado para el apoyo y respaldo que toda obra política y social requiere.
La Mesa de Concertación de Lucha contra la Pobreza, como organismo comprometido durante cinco años, con esta vital tarea es la llamada a fortalecer su agrupación juvenil (Opción V), con el propósito de involucrarlos aún más en esta labor. Asimismo dicha institución debe realizar una convocatoria abierta a todos los jóvenes responsables con el desarrollo del Perú a fin de que se sumen a esta gran solidaria aventura, aprovechando la capacidad y las ganas de jóvenes entusiastas, progresistas y emprendedores, solicitados en la hora actual.
Si bien es cierto, un considerable número de jóvenes son reacios a participar en estos temas pero una medida, a mi modesto entender, factible que permita a los jóvenes integrarse a este gran movimiento social contra la pobreza, es dándoles los espacios posibles para que desarrollen sus prácticas profesionales en los programas de Estado que tengan que ver con el tema, ahí tenemos al Programa Juntos, el Fondo Nacional de Cooperación para el Desarrollo (FONCODES), A Trabajar Urbano, el Programa de Asistencia Alimentaria – PRONAA, entre otras importantes entidades. Además del concurso de la Mesa de Concertación, quien se ha ganado un nombre y prestigio en estos últimos tiempos.
La universidades como foro social por excelencia, debería ser centro de promoción de esta lucha, a través de sus asociaciones estudiantiles y del quehacer universitario diario e intenso que se efectúe en facultades y escuelas como la de Sociología, Educación, Psicología, Administración, Economía y Ciencias de la Comunicación, brindando iniciativas académicas y empresariales que apunten a ser alternativas de solución concretas.
Una señal entorno a lo comentado es la reunión sostenida por el Presidente Alan García con los actores principales de la lucha contra la pobreza, la cuál propicio la formación oportuna de un Comando Conjunto destinado a combatir este cáncer social que nos aleja de la competitividad y globalización, ejes centrales del presente siglo 21 moderno y desafiante.
Este Comando está conformado por los programas vinculados directamente a este fin, pero también debe estar compuesto por una red representativa de agrupaciones juveniles aprovechando su vigor y espíritu batallador para afrontar gravitantes problemas de su competencia.
Muchos de los jóvenes connacionales deben tomar conciencia que la pobreza es una condición social y económica que retrasa nuestro desarrollo. La pobreza es causante de múltiples frustraciones, sobre todo de parte de nosotros, los jóvenes, ya que frena aspiraciones, nos mantiene en un estado emocional que no somos capaces de avanzar, no nos permite soñar.
Es conveniente señalar que hay honrosas excepciones en la joven y el joven de bajos recursos económicos que saca lo mejor de su interior y se esfuerza al máximo por escalar posiciones, mi reconocimiento y admiración para ellos, pero ese no precisamente es el escenario de la mayoría.
Ya no es tiempo que nos sigan y nos sigamos vendiendo la idea que la pobreza es un estímulo para salir adelante, esa etapa creo que paso y es hora de mirar este tema, desde un enfoque distinto.
Por ello es vital que la juventud nacional inteligente y empeñosa, encare esta realidad plantee sus desafíos, busque su transformación y su propia reforma social, ya sea de forma individual, actuando desde su propia tribuna o en forma colectiva, organizándose con sólidos propósitos y en una sola dirección, cumpliendo un verdadero rol de agentes de cambio.
La Presidencia de la República, el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (MIMDES) y el Consejo Nacional de la Juventud, son los llamados a encabezar este proceso, sobre todo este último, ente rector de la juventud peruana, el CONAJU, debe ser el ente vigilante, coordinador, animador y colaborador permanente de esta cruzada.
A la vez, los municipios, como organismos del Estado, próximos al poblador en cada una de las localidades y distritos del país, junto con los jóvenes de estas jurisdicciones deben contribuir con acciones de corto y largo plazo, creativas e innovadoras a mejorar la situación actual de miles y miles de compatriotas.
Considero estratégico que se brinde de parte del Estado, (haciendo una reconsideración en el texto del proyecto de ley que regula el trabajo de las Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo), todo el apoyo necesario a las organizaciones que trabajen a favor de los pobres del Perú. De igual forma es primordial que se continué impulsando y fomentando la asistencia técnica y el aporte económico de las agencias cooperantes internacionales, este afianzamiento dependerá del grado de madurez de los actores involucrados y de la fuerza social que suscite esta campaña nacional contra la pobreza que amenaza y arrincona a la gente con corazón para triunfar.
La administración García y cada conciudadano desde el llano debe tener muy en cuenta que el crecimiento económico por el que atraviesa nuestro país y la tarea que se efectúa en los diversos sectores (construcción, industria, servicio, turismo) debe responder a un objetivo principal y nacional que es el de contribuir propositivamente a elevar la calidad de vida de los peruanos y por ende tenemos que honrar nuestra palabra de eliminar progresivamente la pobreza del Perú, generando empleo que significa abrir un abanico de posibilidades a los que menos tienen.
Cada instancia de la vida nacional, me refiero al gobierno, sociedad organizada y la juventud agrupada a su manera, deben jugar el papel que les corresponde, de esta forma estaremos aportando a lograr la gobernabilidad anhelada y a ser de nuestra patria, una nación justa, solidaria y de avanzada.
(*) Comunicador Social.
Email: cfallafigueroa@hotmail.com
fallacomunicaciones@gmail.com
En el Perú, hay un espacio pequeño pero significativo empeñado seria y responsablemente en combatir la pobreza. Problema social materia de diagnósticos y programas muy analizados, tratados y discutidos pero poco ejecutados. Para ello es necesario la intervención directa de la sociedad civil en su acción y del Estado para el apoyo y respaldo que toda obra política y social requiere.
La Mesa de Concertación de Lucha contra la Pobreza, como organismo comprometido durante cinco años, con esta vital tarea es la llamada a fortalecer su agrupación juvenil (Opción V), con el propósito de involucrarlos aún más en esta labor. Asimismo dicha institución debe realizar una convocatoria abierta a todos los jóvenes responsables con el desarrollo del Perú a fin de que se sumen a esta gran solidaria aventura, aprovechando la capacidad y las ganas de jóvenes entusiastas, progresistas y emprendedores, solicitados en la hora actual.
Si bien es cierto, un considerable número de jóvenes son reacios a participar en estos temas pero una medida, a mi modesto entender, factible que permita a los jóvenes integrarse a este gran movimiento social contra la pobreza, es dándoles los espacios posibles para que desarrollen sus prácticas profesionales en los programas de Estado que tengan que ver con el tema, ahí tenemos al Programa Juntos, el Fondo Nacional de Cooperación para el Desarrollo (FONCODES), A Trabajar Urbano, el Programa de Asistencia Alimentaria – PRONAA, entre otras importantes entidades. Además del concurso de la Mesa de Concertación, quien se ha ganado un nombre y prestigio en estos últimos tiempos.
La universidades como foro social por excelencia, debería ser centro de promoción de esta lucha, a través de sus asociaciones estudiantiles y del quehacer universitario diario e intenso que se efectúe en facultades y escuelas como la de Sociología, Educación, Psicología, Administración, Economía y Ciencias de la Comunicación, brindando iniciativas académicas y empresariales que apunten a ser alternativas de solución concretas.
Una señal entorno a lo comentado es la reunión sostenida por el Presidente Alan García con los actores principales de la lucha contra la pobreza, la cuál propicio la formación oportuna de un Comando Conjunto destinado a combatir este cáncer social que nos aleja de la competitividad y globalización, ejes centrales del presente siglo 21 moderno y desafiante.
Este Comando está conformado por los programas vinculados directamente a este fin, pero también debe estar compuesto por una red representativa de agrupaciones juveniles aprovechando su vigor y espíritu batallador para afrontar gravitantes problemas de su competencia.
Muchos de los jóvenes connacionales deben tomar conciencia que la pobreza es una condición social y económica que retrasa nuestro desarrollo. La pobreza es causante de múltiples frustraciones, sobre todo de parte de nosotros, los jóvenes, ya que frena aspiraciones, nos mantiene en un estado emocional que no somos capaces de avanzar, no nos permite soñar.
Es conveniente señalar que hay honrosas excepciones en la joven y el joven de bajos recursos económicos que saca lo mejor de su interior y se esfuerza al máximo por escalar posiciones, mi reconocimiento y admiración para ellos, pero ese no precisamente es el escenario de la mayoría.
Ya no es tiempo que nos sigan y nos sigamos vendiendo la idea que la pobreza es un estímulo para salir adelante, esa etapa creo que paso y es hora de mirar este tema, desde un enfoque distinto.
Por ello es vital que la juventud nacional inteligente y empeñosa, encare esta realidad plantee sus desafíos, busque su transformación y su propia reforma social, ya sea de forma individual, actuando desde su propia tribuna o en forma colectiva, organizándose con sólidos propósitos y en una sola dirección, cumpliendo un verdadero rol de agentes de cambio.
La Presidencia de la República, el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (MIMDES) y el Consejo Nacional de la Juventud, son los llamados a encabezar este proceso, sobre todo este último, ente rector de la juventud peruana, el CONAJU, debe ser el ente vigilante, coordinador, animador y colaborador permanente de esta cruzada.
A la vez, los municipios, como organismos del Estado, próximos al poblador en cada una de las localidades y distritos del país, junto con los jóvenes de estas jurisdicciones deben contribuir con acciones de corto y largo plazo, creativas e innovadoras a mejorar la situación actual de miles y miles de compatriotas.
Considero estratégico que se brinde de parte del Estado, (haciendo una reconsideración en el texto del proyecto de ley que regula el trabajo de las Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo), todo el apoyo necesario a las organizaciones que trabajen a favor de los pobres del Perú. De igual forma es primordial que se continué impulsando y fomentando la asistencia técnica y el aporte económico de las agencias cooperantes internacionales, este afianzamiento dependerá del grado de madurez de los actores involucrados y de la fuerza social que suscite esta campaña nacional contra la pobreza que amenaza y arrincona a la gente con corazón para triunfar.
La administración García y cada conciudadano desde el llano debe tener muy en cuenta que el crecimiento económico por el que atraviesa nuestro país y la tarea que se efectúa en los diversos sectores (construcción, industria, servicio, turismo) debe responder a un objetivo principal y nacional que es el de contribuir propositivamente a elevar la calidad de vida de los peruanos y por ende tenemos que honrar nuestra palabra de eliminar progresivamente la pobreza del Perú, generando empleo que significa abrir un abanico de posibilidades a los que menos tienen.
Cada instancia de la vida nacional, me refiero al gobierno, sociedad organizada y la juventud agrupada a su manera, deben jugar el papel que les corresponde, de esta forma estaremos aportando a lograr la gobernabilidad anhelada y a ser de nuestra patria, una nación justa, solidaria y de avanzada.
(*) Comunicador Social.
Email: cfallafigueroa@hotmail.com
fallacomunicaciones@gmail.com