Por(*) César Falla Figueroa
Deber, una palabra sinceramente alejada de nuestro habitual diccionario, solo hasta hace unos meses, tiempo en que el actual gobierno decretara el 2007 como el año del Deber Ciudadano, desde entonces hasta hoy muchos peruanos nos planteamos juicios e interrogantes sobre esta particular palabra que encierra un trascendental significado.
La administración García, con bombos y platillos viene promoviendo y poniendo en moda esta campaña que según el mismo mandatario busca convertir al Perú en líder de Sudamérica, soñar no cuesta nada, pero dado a como esta configurado el concierto internacional, con nuestro vecino del pacifico, Chile cosechando los primeros resultados de su profunda reforma política, con un Brasil, encumbrada como una gran nación con uno de los más altos niveles económicos del continente, con una Colombia de la mano del estadista Uribe, trabajando con políticas firmes y decididas en favor de la inversión y del desarrollo sociocultural de los jóvenes.
En ese escenario, no sería mejor trazarnos objetivos claros y concretos, apuntando a mejor la calidad de vida de los peruanos y hacer de estos mejores estudiantes y mejores ciudadanos, solo por citar estos ejemplos.
El jefe de Estado ha comenzado este año haciendo un llamado moral a los peruanos emplazándolos a cumplir con su deber apelando al rescate de los valores y principios hoy resquebrajados por la sociedad.
Este llamado dado como están las circunstancias es oportuno, los peruanos con decencia no podemos seguir tolerando más intransigencias, atropellos, comportamientos inadecuados y falta a la ética que atentan contra el desarrollo de nuestro país y por esa razón tenemos que constituirnos en promotores de esta campaña, sumarnos con entereza a esta tarea, cada uno desde su espacio, en bien de un Perú mejor.
Las dimensiones de la Cultura del Deber implica unja entrega total y una acción estratégica de parte del educador, en la escuela; del periodista en los medios de información; del sociólogo en las organizaciones sociales; del médico en los centros hospitalarios; de los administradores en las empresas , entre otras áreas profesionales.
La promoción de la Cultura del Deber exige a los políticos ser los pioneros del diseño de las líneas maestras para construir una sociedad prospera, con una actitud positiva, proactiva, responsable, justa y solidaria, factores claves para alcanzar el desarrollo de un país.
El cumplimiento del deber empieza en el núcleo de la sociedad, la familia, habiendo una corresponsabilidad entre padres e hijos y viceversa, en los centros de estudios en la relación de profesor a alumno, en las instituciones del Estado entre empresario público y ciudadano, todos estos gestos viables de poner en práctica en el corto plazo marcará el inicio de una nueva era.
La iglesia, a través de sus autoridades, tiene una misión central en el cambio de actitud que se puede generar en la población, elevando nuestra fe, espiritualidad, voluntad, confianza y esperanza.
El Ministerio de Educación, gracias a su política emprendida, está focalizando sus esfuerzos en la niñez procurando no dejarlos sin que se les imparta un solo día de clases, otorgándoles materiales educativos en dos áreas aún débiles pero claves para el desarrollo como lo son: matemática y sobre todo comunicación integral, evaluándolos para examinar el real nivel en el que se encuentran, incrementándoles una hora de clase en las materias antes mencionadas, e ahí un ejemplo concreto del cumplimiento del deber de un sector del Estado con la reserva moral de una nación como la peruana, sus niñas y niños.
Para concluir quiero saludar la iniciativa de la Presidencia del Consejo de Ministros por conformar el llamado Grupo del Deber, equipo de renombrados profesionales como: Fernando Fuenzalida, Julio Cotler, Magali Garrido Lecca, Max Hernández, Diana Seminario, entre otras personalidades, quienes tienen el encargo social de impulsar la campaña de recuperación de valores, particular tarea impostergable en la hora actual.
No dejando de expresar mí profundo reconocimiento e identificación con la campaña nacional por la puntualidad (tema tratado en una anterior edición), promovida por la PCM, con el prpósito de resolver actividades que busquen concienciar a la población sobre la importancia del respeto a la otra persona por medio de la puntualidad.
Deber, una palabra sinceramente alejada de nuestro habitual diccionario, solo hasta hace unos meses, tiempo en que el actual gobierno decretara el 2007 como el año del Deber Ciudadano, desde entonces hasta hoy muchos peruanos nos planteamos juicios e interrogantes sobre esta particular palabra que encierra un trascendental significado.
La administración García, con bombos y platillos viene promoviendo y poniendo en moda esta campaña que según el mismo mandatario busca convertir al Perú en líder de Sudamérica, soñar no cuesta nada, pero dado a como esta configurado el concierto internacional, con nuestro vecino del pacifico, Chile cosechando los primeros resultados de su profunda reforma política, con un Brasil, encumbrada como una gran nación con uno de los más altos niveles económicos del continente, con una Colombia de la mano del estadista Uribe, trabajando con políticas firmes y decididas en favor de la inversión y del desarrollo sociocultural de los jóvenes.
En ese escenario, no sería mejor trazarnos objetivos claros y concretos, apuntando a mejor la calidad de vida de los peruanos y hacer de estos mejores estudiantes y mejores ciudadanos, solo por citar estos ejemplos.
El jefe de Estado ha comenzado este año haciendo un llamado moral a los peruanos emplazándolos a cumplir con su deber apelando al rescate de los valores y principios hoy resquebrajados por la sociedad.
Este llamado dado como están las circunstancias es oportuno, los peruanos con decencia no podemos seguir tolerando más intransigencias, atropellos, comportamientos inadecuados y falta a la ética que atentan contra el desarrollo de nuestro país y por esa razón tenemos que constituirnos en promotores de esta campaña, sumarnos con entereza a esta tarea, cada uno desde su espacio, en bien de un Perú mejor.
Las dimensiones de la Cultura del Deber implica unja entrega total y una acción estratégica de parte del educador, en la escuela; del periodista en los medios de información; del sociólogo en las organizaciones sociales; del médico en los centros hospitalarios; de los administradores en las empresas , entre otras áreas profesionales.
La promoción de la Cultura del Deber exige a los políticos ser los pioneros del diseño de las líneas maestras para construir una sociedad prospera, con una actitud positiva, proactiva, responsable, justa y solidaria, factores claves para alcanzar el desarrollo de un país.
El cumplimiento del deber empieza en el núcleo de la sociedad, la familia, habiendo una corresponsabilidad entre padres e hijos y viceversa, en los centros de estudios en la relación de profesor a alumno, en las instituciones del Estado entre empresario público y ciudadano, todos estos gestos viables de poner en práctica en el corto plazo marcará el inicio de una nueva era.
La iglesia, a través de sus autoridades, tiene una misión central en el cambio de actitud que se puede generar en la población, elevando nuestra fe, espiritualidad, voluntad, confianza y esperanza.
El Ministerio de Educación, gracias a su política emprendida, está focalizando sus esfuerzos en la niñez procurando no dejarlos sin que se les imparta un solo día de clases, otorgándoles materiales educativos en dos áreas aún débiles pero claves para el desarrollo como lo son: matemática y sobre todo comunicación integral, evaluándolos para examinar el real nivel en el que se encuentran, incrementándoles una hora de clase en las materias antes mencionadas, e ahí un ejemplo concreto del cumplimiento del deber de un sector del Estado con la reserva moral de una nación como la peruana, sus niñas y niños.
Para concluir quiero saludar la iniciativa de la Presidencia del Consejo de Ministros por conformar el llamado Grupo del Deber, equipo de renombrados profesionales como: Fernando Fuenzalida, Julio Cotler, Magali Garrido Lecca, Max Hernández, Diana Seminario, entre otras personalidades, quienes tienen el encargo social de impulsar la campaña de recuperación de valores, particular tarea impostergable en la hora actual.
No dejando de expresar mí profundo reconocimiento e identificación con la campaña nacional por la puntualidad (tema tratado en una anterior edición), promovida por la PCM, con el prpósito de resolver actividades que busquen concienciar a la población sobre la importancia del respeto a la otra persona por medio de la puntualidad.