Por: César Falla F.
La OCP funciona en países como: Uruguay, Chile, Paraguay, Argentina, Bolivia y Perú, con próxima expansión a Ecuador, Colombia y Venezuela. Teniendo como sede principal, la bella ciudad de Santa Cruz de la sierra, en el hermano país de Bolivia.
Los proyectos presentados por la OCP a nivel internacional, han sido no muy numerosos pero sustanciales, en mejora de la calidad de vida de nosotros, los latinos. Entre ellos podemos destacar la presentación de un proyecto indígena, a una fundación australiana, denominada OXFAM (Asociación de Organizaciones juveniles del mundo y de un proyecto ambientalista sobre BIOGAS, presentado a una empresa americana, buscando energía no contaminante.
No puede estar ajena a esta reflexión, las características que debe tener un joven miembro de la OCP, menciono las siguientes: Saben lo que quieren (internalizan el proyecto de vida que se han planteado, son personas conscientes de sus actos), excelentes comunicadores de sus ideas (poseen la habilidad de comunicarse de manera adecuada con los demás), desarrollan su carácter basado en principios y valores (aspecto vital en toda acción humana) y son buenos oyentes y practicantes de lo enseñado (esta es la clave de la interrelación y comprensión de los grupos sociales, este hecho genera empatía con nuestros entornos sociales y contribuye a desarrollarnos como personas).
Los trabajos que viene realizando la agrupación con otras organizaciones mundiales; para poder desarrollar trabajos en pro de los derechos humanos, tal es el caso de un cubano en condición de refugiado en Bolivia, cuyo gobierno del presidente Evo Morales arrebato (según nos informa), todos sus derechos, la OCP intervino enfocando el tema con los medios y la comunidad internacional.
Se trabaja de manera voluntaria con las Naciones Unidas en temas de inundaciones y se elabora proyectos para la PEACE CHILDREN INTERNATIONAL.
Como presidente de la OCP en el Perú, es todo un orgullo ser parte de esta gran comunidad, extiendo una cálida y fraterna invitación a todos los jóvenes con cualidades suficientes para involucrarse en un trabajo de esta naturaleza, con visión de país, jóvenes con espíritu emprendedor y progresistas que estén sin desmayar al encuentro de una oportunidad de desarrollo ciudadano, tendrán nuestro pleno respaldo y apoyo.
Asimismo, les comparto que hemos dado avances sustantivos en la formación de este colectivo social en nuestro país, estableciendo contactos con las entidades de gobierno encargadas de estos temas, aglutinando poco a poco voluntades y sobre todo elaborando los lineamientos generales de la organización en el Perú, en base a un muy pensado diagnóstico situacional de nuestra realidad.
Ya en el epilogo de esta reflexión, quiero rendir un homenaje a mi querido amigo, el motivador por excelencia Miguel Ampuero Nallar, un gran líder de talla continental, cuyo aporte y trabajo es invalorable para el despegue de los jóvenes latinoamericanos.
(*) Comunicador Social
